MADRID, 14 may. (EDIZIONES)
Tal y como estaba previsto, con la puesta en marcha de la Fase 1 de desescalada en más de la mitad del territorio español, las bibliotecas, cerradas temporalmente tras la declaración del estado de alarma por la crisis del coronavirus, ya pueden iniciar su actividad, aunque no como estamos acostumbrados.
Desde el 11 de mayo (en el caso de las islas de Formentera, La Graciosa, El Hierro y La Gomera, desde el 4 de mayo), las bibliotecas públicas y privadas de la red estatal, autonómica, municipal y universitaria han podido abrir sus puertas, pero sólo para el préstamo y devolución de libros, lectura en sala, y el ofrecimiento de información bibliográfica y bibliotecaria, al 30% de su aforo.
Esto se traduce como que el usuario puede acceder a la biblioteca para coger o devolver un libro, solicitar o consultar una información determinada, e incluso, para leer una determinada información en el sitio. Lo que no puede hacer es usar las instalaciones de la biblioteca para estudiar.
Por otro lado, durante esta fase, las colecciones de libre acceso permanecerán cerradas al público y tampoco podrán llevarse a cabo actividades culturales, préstamo interbibliotecario, o usar los ordenadores y medios informáticos.
La única excepción a esta última restricción es la Biblioteca Nacional, y "las bibliotecas especializadas o con fondos antiguos, únicos, especiales o excluidos de préstamo domiciliario por cualquier motivo", donde se permite consultar documentos excluidas de préstamo domiciliario con reducción de aforo y solo cuando se considere "necesario".
En cualquiera de estos casos, tendrán que ser los usuarios quienes soliciten el libro u obra que quieran para que sea el personal bibliotecario quien se lo entregue.