La oposición le reclama en bloque que reconozca los errores del operativo
BARCELONA, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
El conseller de Interior, Felip Puig, ha justificado las cargas policiales que se produjeron contra los 'indignados' de plaza Cataluña el 27 de mayo por la agresividad y violencia que tuvieron algunos de los concentrados y que el dispositivo no planificó.
En su comparecencia en la comisión de Interior del Parlamento catalán, Puig ha explicado que los acampados pasaron de un resistencia pasiva a una oposición activa y finalmente a la violencia, algo que comportó que el operativo no saliera como ellos esperaban.
"Reconozco que no valoramos el riesgo de que grupos radicales utilizaran esta movilización para provocar la confrontación con la autoridad", ha añadido el conseller.
Así, ha admitido que el dispositivo no salió bien --habían calculado poco más de dos horas y duró seis--, pero ha argumentado que era necesario para retirar objetos peligrosos ante el riesgo potencial de incidentes en la celebración de la victoria del FC Barcelona en Canaletes.
Puig ha explicado que él tiene la responsabilidad del orden público y que por eso vio necesario retirar de plaza Cataluña todos los objetos que podrían ser usados al día siguiente por los vándalos para causar disturbios en los festejos, y que la prueba de que tenía razón es que al día siguiente no hubo que lamentar ninguna tragedia pese a los altercados en Canaletes.
Ha asegurado que no pudieron establecer ningún diálogo con los 'indignados' y no tenían ninguna garantía de que por su cuenta retirarían objetos peligrosos como bombonas, grupos electrógenos, palos o palés, por lo que tuvieron que tomar ellos mismos cartas en el asunto.
El conseller ha lamentado que se hayan dicho "mentiras" sobre el dispositivo y sobre la actuación de los Mossos d'Esquadra y ha asumido toda la responsabilidad política de lo ocurrido, comprometiéndose a restituir la buena imagen del cuerpo, que según él se ha visto dañada, y a estudiar mecanismos preventivos contra los violentos.
Ha resaltado que la policía en ningún caso buscó la confrontación y ha asegurado que hubiera deseado que no se hubieran tenido que producir las cargas: "Lamento las situaciones de violencia", ha dicho el conseller, que ha añadido que nunca ha sido partidario de la violencia.
En su intervención el conseller ha optado finalmente por no mostrar imágenes para rebatir las que se han hecho públicas hasta ahora, y ha informado de que no ha encargado ninguna investigación interno para depurar responsabilidades, aunque sí tratarán de mejorar la formación.
REPROCHES DE LA OPOSICIÓN
Los grupos de la oposición le han reclamado en bloque que reconozca que hubo errores en el operativo policial desplegado en la plaza pese a que solo ICV-EUiA y SI le han pedido la dimisión y ERC ha reprobado su gestión.
El más crítico con Puig ha sido el diputado de ICV-EUiA Jaume Bosch que ha calificado la actuación de "injusta e innecesaria" y ha lamentado el menosprecio hacia los acampados del conseller, que a su entender estaba impaciente por actuar ante las voces que en esos días le acusaban de debilidad.
Le ha recordado que "obstaculizar no es agredir" y le ha criticado que el dispositivo tenía demasiados policías si el objetivo era limpiar y pocos si era desmantelar la acampada, además de lamentar que la carga fuera sin preaviso y con una contundencia sin miramientos.
Para el ecosocialista, este no es "un error aislado" sino que responde a la visión del modelo de seguridad del conseller, que es fuerte con los débiles y débil con los fuertes.
En su intervención, el diputado del PSC Joaquim Llena, que ha descartado pedir la dimisión, la ha instado directamente a que reconozca "que la ha pifiado" con este operativo y le ha recriminado que se haya escudado en el alcalde Jordi Hereu para justificar su decisión.
En un símil deportivo, Llena le ha reprochado que haya acumulado "demasiadas tarjetas amarillas" desde que ocupa el cargo que harían necesaria en todo caso una expulsión temporal.
Asimismo, le ha criticado por su "imprudencia, incontinencia verbal y prepotencia", cuando un departamento como el de Interior necesita sentido común y prudencia y ha reclamado que se haga una investigación interna para depurar responsabilidades.
Desde el PP, el diputado Pere Calbó ha lamentado que las decisiones de Puig reactivaran el "problema" cuando el movimiento estaba perdiendo fuelle y le ha recomendado que debería haber actuado con firmeza pero con diálogo.
Para Calbó, el conseller no estuvo a la altura ya que con las decisiones que ha tomado hasta ahora se le ha visto más cerca de un líder "sin medida que de uno resolutivo y dialogante".
Según Oriol Amorós (ERC), que ha recomendado al conseller leer el libro de Stéphane Hessel 'Indignaos', la decisión del conseller comportó un centenar de heridos y una situación de desorden, además de generar riesgo para los propios mossos.
Además, ha considerado que la limpieza de la plaza se hubiera podido conseguir con diálogo y mediación, y le ha criticado por la evidente desproporción del uso de la fuerza, además de reclamar que la respuesta a la indignación y malestar social que representa este movimiento debería haber sido "más madura".
El diputado de SI Uriel Bertran ha señalado que Puig no ha podido demostrar ninguna acción violenta de los 'indignados' antes de la primera carga policial y le ha recriminado que no sabe "gestionar adecuadamente" la policía catalana.