MADRID, 2 Sep. (EUROPA PRESS) -
SEO/BirdLife ha advertido del efecto de la 'basuraleza' marina y ha denunciado que "no es raro" encontrar cualquier especie de gaviota, cormoranes grandes y moñudos y alcatraces atlánticos perjudicados por esta problemáticas en la costa de Cantabria, Vizcaya y Tarragona, donde la ONG trabaja.
Según los ecologistas, estos especímenes tienen que lidiar con sedales, cuerdas u otros elementos plásticos ya sea por ingesta o por enredo accidental. En el marco del proyecto Life SeaBil, la organización ecologista desarrolla este verano una nueva campaña de sensibilización en playas al respecto.
Así, ha realizado labores de concienciación ciudadana dentro del Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, (Cantabria), concretamente en la playa de Trengandín (Noja), una de las mayores del parque natural. Durante varios días, numerosos visitantes han podido acercarse hasta una instalación donde podían observarse dos ecosistemas de playa, uno de ellos libre de plásticos y otro con todo tipo de residuos: trozos de plástico, colillas, mecheros o tapones de botella, entre otros.
En líneas generales, la organización ha recordado que el plástico, dependiendo de su composición, tiene una vida de varios cientos de años, y que es muy posible que en ocasiones nunca llegue a desaparecer por completo. En su proceso de degradación, va fragmentándose en trozos cada vez más pequeños --lo que se conoce como microplásticos--, hasta finalmente convertirse en restos invisibles al ojo humano (nanopartículas). Según ha advertido SEO/BirdLife, estos pequeños trozos son los más peligrosos ya que tienen la capacidad de entrar en la cadena trófica.