ALMERÍA, 11 Sep. (EUROPA PRESS) -
El hermano del padre del niño Gabriel Cruz ha afirmado este miércoles ante el tribunal de jurado que enjuiciada a Ana Julia Quezada que le "llamó la atención" que, un día después de la desaparición y muerte violenta del menor, en la finca familiar de Rodalquilar, en Níjar (Almería), hubiese contra la pared "una pala, un rastrillo y un hacha, ordenados, bien puestos, en línea, como cuando vas a un examen y colocas los bolígrafos en línea".
"Me extrañó muchísimo porque Ángel no tiene herramientas allí. La pala estaba en otro cortijo que vendimos y del que se limpió todo para pasarlo a casa de mi madre en Las Hortichuelas", ha dicho a preguntas de las acusaciones en lo que supone un primer apunte para intentar apuntalar que Quezada actuó con premeditación y supuestamente trasladó las herramientas al lugar donde tendría planeado cometer el crimen.
La defensa de la procesada, no obstante, le ha hecho notar que en su declaración en instrucción se "limitó" a comentar que le "sorprendió que estuvieran tan apiladas" y ha intentado aportar su testimonio para que lo examinase el jurado popular, lo que la magistrada-presidenta ha rechazado al considerar que no había incurrido en "contradicción" el testigo. El abogado Esteban Hernández ha hecho constar su protesta.
El hermano de Ángel Cruz, quien ha afirmado no recordar si le comentó este extremo al padre del niño, también ha deslizado a través de las preguntas de su interrogatorio que Ana Julia Quezada era conocedora de que nadie iba a ir a la finca de Rodalquilar el día en que dio muerte a Gabriel porque él estaba trabajando, su mujer "de viaje de trabajo" y sus hijas en casa ya que la mayor "tenía décimas de fiebre".
EL HALLAZGO DE LA CAMISETA, "PUNTO DE INFLEXIÓN"
Con anterioridad ha prestado declaración, tras renunciar las partes a la testifical del exmarido de la acusada y padre de su hija, el capitán Zaldive de la Guardia Civil, quien ha remarcado que el "punto de inflexión" para "priorizar" la investigación sobre Ana Julia Quezada fue el hallazgo de la camiseta en un cañaveral cinco días después de la desaparición.
"Extrañamente aparece en una zona, aislada, no de paso, que ya habíamos batido y ella defendía que era del niño porque lo había vestido ese día. Ahí entramos en contradicciones porque la abuela dijo que no lo hizo, por lo que a partir del día 3 de marzo centramos los operativos policiales en Ana Julia Quezada", ha remarcado.