La UPM identifica las zonas más vulnerables de la cuenca del río Duero para una gestión sostenible del regadío

La UPM identifica las zonas más vulnerables de la cuenca del río Duero para una gestión sostenible del regadío.
La UPM identifica las zonas más vulnerables de la cuenca del río Duero para una gestión sostenible del regadío. - UPM
Publicado: lunes, 23 septiembre 2024 18:23

   MADRID, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Los cursos superiores de los sistemas de los ríos Adaja, Tormes y Águeda, tramo medio del río Esla, tramo inferior del río Pisuerga, así como el Bajo Duero y tramo inferior del Alto Duero serían los más vulnerables para una gestión sostenible del regadío, según un estudio que han elaborado investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).

   El proyecto se denominó 'Simulación de escenarios climáticos y adaptación en sistemas de recursos hídricos (SECA-SRH)' y en él la cuenca del Duero fue una de las estudiadas. Los resultados de la investigación, que han sido publicados en la revista Sustainability, ofrecen un conjunto de indicadores sencillos de aplicar e interpretar para identificar las áreas que presentan mayor vulnerabilidad para alcanzar una gestión sostenible del agua para regadío a nivel de sistema de explotación.

   Primero, los investigadores estimaron la disponibilidad potencial de agua en los sistemas de explotación que conforman la cuenca, que definieron como la demanda máxima que se puede atender en un punto de la red hidrográfica con un determinado criterio de garantía de suministro. Tras eso, evaluaron la sostenibilidad en los sistemas comparando la disponibilidad potencial de agua para riego con la demanda real del regadío, recogida en el Plan Hidrológico del Duero (2022-2027).

   De esta manera, encontraron que, si bien la mayor parte de la cuenca presenta "un adecuado funcionamiento", hay varias zonas "potencialmente vulnerables. En concreto, Álvaro Sordo-Ward, investigador de la UPM y uno de los autores del trabajo, ha especificado que el Bajo Duero y el tramo inferior de la cuenca del Alto Duero tienen déficits acumulados en la disponibilidad potencial de agua en comparación con la demanda de riego superficial. Respectivamente, registran déficits globales del 80% y el 20%. Además, las subcuencas del Esla, Adaja, Tormes y Águeda presentan demandas globales sostenibles, mientras que subcuencas del Pisuerga y parte del Alto Duero podrían sustentar las demandas globales con obras de regulación.

   Además, los autores evaluaron el margen de mejora de cada uno de los sistemas más vulnerables en términos de volumen de recursos que es necesario movilizar para disminuir dicha vulnerabilidad. Así, los tramos identificados como críticos, o sea, aquellos que requieren una movilización mayor de recursos son los ríos Jamuz, Esgueva, Riaza y Zapardiel. Tal y como afirman los autores, una vez se ha comprobado que existe un excedente de recursos naturales en muchos cursos de agua, está la posibilidad de aumentar la disponibilidad de agua mediante la regulación de los recursos hídricos para lograr y asegurar la sostenibilidad de la producción de cultivos.

   En su opinión, estos análisis pueden proporcionar una imagen más completa de los desafíos y oportunidades asociados con la sostenibilidad y la gestión de las cuencas fluviales que permitirán a los poderes públicos "una mejor toma de decisiones a la hora de plantear la gestión de los mismos". A la hora de elaborar el estudio, los científicos tuvieron en cuenta las restricciones de uso derivadas de aplicar el régimen de caudales ecológicos especificado en el Plan Hidrológico para cada masa de agua, esenciales para la conservación de los ecosistemas. Además, incluyeron las infraestructuras hidráulicas, entre las que destacan los embalses, cuya capacidad de regulación es a su juicio "imprescindible" para alcanzar la sostenibilidad en el abastecimiento para el regadío.

   No obstante, la UMP ha indicado que los resultados de esta investigación están condicionados por el tipo de análisis realizado, que no tiene en cuenta el aprovechamiento de aguas subterráneas ni los trasvases entre cuencas. El estudio ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, a través del Plan Nacional de Investigación, Programa Estatal para Impulsar la Investigación Científico-Técnica y su Transferencia.