MADRID, 19 Dic. (EDIZIONES) -
La esquizofrenia es una enfermedad del sistema nervioso. Está reconocida por los profesionales de la salud desde hace años. Quien la padece no es culpable de tenerla, tampoco sus padres.
No es un motivo de vergüenza. Es una realidad y como cualquier otra enfermedad requiere un buen diagnóstico, los profesionales la conocen y saben cómo abordarla. En la actualidad se siguen investigando sus causas y mejores tratamientos.
En España en torno a 400.000 personas padecen esquizofrenia.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?
Los síntomas principales se pueden agrupar en tres bloques:
1.- Aquellos que muestran pensamientos que se alejan de la realidad o hacen interpretaciones de ella de forma delirante, alucinaciones, excitación, hostilidad, grandiosidad, suspicacia o desorganización conceptual.
2.- Los que indican cierto deterioro, como la reducción significativa de la expresión emocional, retraimiento emocional y social, dificultades en el pensamiento abstracto y falta de fluidez en la conversación.
3.- Otros síntomas poco específicos como ansiedad, depresión, obsesividad, sentimientos de culpa, tensión motora, postura rígida, enlentecimiento motor, contacto interpersonal deteriorado, falta de colaboración, desorientación, atención pobre y falta de conciencia de enfermedad.
Estos síntomas no se dan todos juntos ni son de la misma manera en cada persona. No hay ningún enfermo igual a otro. Cada uno tiene sus características y peculiaridades, y expresará los síntomas de una manera, parecida a la de otros, pero con matices personales.
Para que se considere que existe enfermedad, estos síntomas han de estar presentes
durante meses y
no se producen por haber consumido drogas, por tener otra enfermedad médica o como consecuencia de alteraciones del estado del ánimo como
depresión o
euforia graves.
¿QUÉ SUPONE LA APARICIÓN DE LA ENFERMEDAD?
Su aparición suele suponer una ruptura en la biografía de quien la padece y genera deterioro en el funcionamiento laboral, social o del cuidado personal.
La inmensa mayoría de las personas con esquizofrenia no son violentas y con una adecuada atención profesional, pueden llevar una vida ordenada y satisfactoria.
¿CUÁL ES SU ORIGEN?
Su origen es debido a un conjunto de causas biológicas y ambientales. Se considera que están alteradas las concentraciones de algunas de las sustancias que emplea el sistema nervioso para funcionar, como la Dopamina.
También se han encontrado algunas alteraciones en algunas zonas del cerebro, pero no son determinantes y suele haber factores que precipitan su aparición como el consumo de tóxicos o episodios de estrés.
¿CÓMO DIAGOSTICARLA?
Para poder diagnosticarla es necesario acudir a un profesional de la salud mental, quien realizará una entrevista a la persona interesada. Ayudará ir acompañado por alguna persona de confianza, familiar o amigo, que pueda contar cómo nos ven desde fuera y qué cambios han percibido.
No basta con "una foto" en un momento determinado, sino que es necesario ver la evolución de la "película" para poder hacer bien el diagnóstico.
¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?
Requiere un tratamiento desde diversos ámbitos: farmacológico, psicológico, educativo y social. Con tratamiento adecuado y cuidados personales pueden llevar una vida normal.
Los pacientes que abandonan el tratamiento farmacológico tienen cinco veces más posibilidades de recaer.
¿QÚE PUEDO HACER SI TENGO ESQUIZOFRENIA?
Si padece esquizofrenia:
1.- Acuda a un médico de su confianza. Siga el tratamiento indicado. Si no le sienta bien, no le parece que es adecuado o le causa efectos secundarios, dígaselo, para buscar alternativas y solución.
2.- Pida que le expliquen muy bien la enfermedad para hacerse paciente experto en la esquizofrenia en general y en particular en la suya, para conocer muy bien cuáles son sus síntomas, cómo detectarlos y cómo procurar frenarlos lo antes posible, para evitar las descompensaciones.
3.- Esté atento al cuidado médico general: peso, colesterol, azúcar y otros parámetros que su médico vigilará. El ejercicio físico será un buen aliado.
4.- Solicite una terapia psicológica para afrontar adecuadamente la enfermedad, los síntomas, la adaptación de algunas áreas de su estilo de vida, las preocupaciones y los miedos.
5.- Pida a su familia que colabore en su recuperación y mantenimiento de la estabilidad.
Suele ayudar entrar en contacto con asociaciones donde, además de resolver dudas y compartir inquietudes, podremos recibir consejos, experiencias o información de recursos.
¿ES POSIBLE RECUPERARSE?
La recuperación es posible y puedes verlo en estos vídeos. Si un familiar tuyo padece esta enfermedad, puedes ayudarle de muchas maneras, en esta guía tienes algunas ideas.
Cuando te pese mucho la enfermedad, quizá te inspire John Nash quien fue diagnosticado de esquizofrenia en 1954 y recibió el Nobel de economía 40 años después.
Carlos Chiclana
Psiquiatra
www.doctorcarloschiclana.com