MADRID, 15 Dic. (OTR/PRESS) - Emmanuel Macron, el muy peculiar presidente francés, siempre sorprende: se ha sacado de la manga a un centrista, muy veterano, un viejo zorro de la política, para nombrarle primer ministro y sustituto del también centrista Michel Barnier, contestado por la alianza de la izquierda precisamente porque era demasiado conservador para lo que fueron los resultados de las últimas elecciones. No ha importado: Franois Bayrou es casi una réplica ideológica de Barnier, porque a Macron, como a Pedro Sánchez -primera similitud- le importa un rayo lo que diga la oposición y, por cierto, también lo que digan los medios. Y lo que digan las urnas, que en Francia aliaron a la izquierda radical con la ultraderecha, toma ya.