EUROPA PRESS
MADRID, 22 Feb. (EPTURISMO) -
Las ciudades y pueblos de España se llenan de comparsas, disfraces, máscaras y júbilo para celebrar el Carnaval, una fiesta que comienza su popularidad en la Edad Media y supone una mezcla de tradiciones paganas asociadas a la Cuaresma, periodo previo a la Semana Santa.
En los días previos al comienzo del Carnaval, en algunas ciudades ya se realizan concursos de murgas y chirigotas o proclamaciones de reinas y musas de la festividad, para después comenzar con un pregón que dé comienzo a los desfiles de disfraces, teatros y celebraciones en la calle.
Con varias fiestas de Carnaval declaradas como Interés Turístico Internacional, entre ellas las de Cádiz y Tenerife, España ofrece muchos más lugares, de norte a sur, para disfrutar durante estos días de la parodia y el desenfreno.
TENERIFE
El Carnaval de Santa Cruz de Tenerife es uno de los más famosos tanto en España como en todo el mundo con más de un mes de duración. Con un tema como eje principal sobre el que giran las actividades principales, este año la ciudad se decorará con motivos del Caribe y bailará con los ritmos más famosos de esa región.
La elección de la Reina del Carnaval es uno de los actos fundamentales de esta fiesta y consiste en un concurso en donde las candidatas desfilan con trajes vistosos y resplandecientes, también conocidos como 'fantasías' para ser elegidas las representantes de la fiesta durante todo el año; todo un acontecimiento que despierta interés en muchas partes del mundo.
Otra de las actividades para no perderse es la Gran Cabalgata Anunciadora, un pasacalles en el que participa la Reina del Carnaval y que da el pistoletazo inicial a la fiesta llenando la ciudad de música y carrozas.
CÁDIZ
Coros, chirigotas y comparsas son una de las características principales del Carnaval de Cádiz, que rebosan humor e ironía y aportan un toque de ingenio y parodia a los temas políticos y sociales de actualidad.
Desfiles de disfraces y música pueblan las calles de Cádiz durante estas fiestas, cuyos orígenes se sitúan al siglo XVI y están influenciados por el Carnaval de Venecia. No obstante, con el tiempo ha logrado una personalidad propia que le ha llevado a ser declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Además, para aquellos que quieran seguir la marcha carnavalera una vez concluidos los festejos oficiales, la ciudad acoge el 'Carnaval Chiquito', en el que se pueden encontrar coros 'ilegales' por la ciudad para seguir con la copla y la juerga.
ÁGUILAS (MURCIA)
Dos semanas es la duración del Carnaval de Águilas, que comienza con la Suelta de la Mussona, un ritual para liberar a este personaje tradicional mitad animal, mitad humano que asusta y ataca a niños y mayores.
Durante la noche del sábado, se produce la Batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma con sus cortes, que consiste en una lucha dialéctica mientras sus acompañantes se tiran cascarones de huevos rellenos de confeti.
Con la victoria de Don Carnal, los asistentes al Carnaval de Águilas tendrán una semana de tregua antes de la llegada de Doña Cuaresma, quien quemará a su contrincante una semana más tarde para dar inicio al periodo previo a la Semana Santa.
BADAJOZ
Esta ciudad acoge otro de los Carnavales más importantes de España, destacado por sus murgas, similares a las chirigotas gaditanas, y comparsas, grupos que durante todo el año preparan sus trajes y tamborradas a fin de mostrarlos y deleitar a los visitantes por las avenidas y calles del centro de Badajoz.
Además, una vez terminan los eventos oficiales, la gente se lanza disfrazada al casco histórico para disfrutar durante las noches del sábado y el lunes de la alegría del Carnaval.
LANTZ (NAVARRA)
El Carnaval no es sólo exclusivo del sur y en el norte destacan algunos como el de Avilés o el de Lantz, en Navarra. El comparador de viajes 'online' momondo.es recomienda este último, que gira en torno a un personaje principal, el gigante Miel Otxín, un genio de la mitología vasca que representa a los malos espíritus.
Este gigante, un muñeco de madera y hierba seca es apresado y enjuiciado para darle muerte en la hoguera al término de la festividad. La mayoría de los vecinos de la localidad se disfrazan como 'txatxus', que representan a los captores de Miel-Otxin.
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