MADRID 20 Mar. (EUROPA PRESS) -
El turismo rural está en auge, y esta primavera es perfecta para descubrir destinos donde los colores son protagonistas. Te proponemos elegir tu próximo viaje según tu color favorito.
Si te inspira el verde, el Parque Rural de Anaga (Tenerife) te envolverá con su laurisilva y acantilados sobre el Atlántico. Para los apasionados del rojo, Madriguera (Segovia) ofrece un pueblo de casas ferruginosas con un ambiente detenido en el tiempo. Los tonos ocres dominan las espectaculares Bardenas Reales (Navarra), un desierto de formas caprichosas.
Si buscas el azul, Júzcar (Málaga), el "pueblo pitufo", es tu destino, rodeado de montañas y rutas de senderismo. Para los que prefieren la elegancia del negro, la Ruta de los Pueblos Negros (Guadalajara) ofrece una arquitectura única en un entorno montañoso.
Los amantes del blanco disfrutarán de los encalados Pueblos Blancos de Cádiz, llenos de historia y belleza. Y si el morado es lo tuyo, los campos de lavanda de Moratalla (Murcia) crean una postal inolvidable en verano.
La naturaleza tiene un destino para cada color, ¿cuál es el tuyo?
VERDE: PARQUE RURAL DE ANAGA (TENERIFE)
El verde simboliza la vida, la esperanza y la naturaleza en su máxima expresión, y pocos lugares en España lo representan mejor que el Parque Rural de Anaga, en Tenerife. Declarado Reserva de la Biosfera, este enclave es un refugio de laurisilva, con bosques milenarios que envuelven al visitante en un paisaje de cuento. Sus senderos atraviesan una densa vegetación de helechos y musgo, donde la humedad y la niebla crean un ambiente místico.
Para los amantes del senderismo, los caminos que parten del centro de visitantes de la Cruz del Carmen ofrecen espectaculares vistas de acantilados que se precipitan sobre el Atlántico. En tu recorrido, podrás visitar playas como la de Benijo, un rincón salvaje donde degustar pescado fresco con el sonido del mar de fondo. También merece la pena acercarse a Taganana, un pintoresco pueblo que conserva su esencia tradicional entre montañas y barrancos..
ROJO: MADRIGUERA (SEGOVIA)
Si tu color preferido es el de la pasión y la intensidad, tu destino ideal es Madriguera, en la Sierra de Ayllón (Segovia). Este encantador pueblo destaca por sus casas de piedra ferruginosa, arcilla y hierro, que le dan un característico tono rojizo, convirtiéndolo en una joya arquitectónica. Caminar por sus calles empedradas es un viaje en el tiempo, donde la calma y la autenticidad envuelven cada rincón.
Madriguera es perfecta para una escapada tranquila, ya que su entorno ofrece numerosas rutas de senderismo para conectar con la naturaleza. Los caminos que la rodean permiten descubrir los bellos paisajes de la sierra, especialmente en otoño, cuando los contrastes de colores crean una estampa inolvidable.
También es un destino ideal para quienes buscan desconectar del bullicio y disfrutar del turismo rural en su forma más pura. A poca distancia, puedes explorar otros pueblos de la Sierra de Ayllón, como El Muyo o Becerril, donde la arquitectura tradicional y la tranquilidad invitan a perderse. No te vayas sin probar la gastronomía local, con platos típicos como el asado castellano o las sopas de ajo.
Dónde alojarse: Molino del Feo (Ventosilla y Tejadilla).
OCRE: BÁRDENAS REALES (NAVARRA)
Los tonos ocres dominan el impresionante paisaje de Bardenas Reales, un desierto semidesértico en Navarra que parece sacado de otro planeta. Su terreno ha sido esculpido durante siglos por el viento y el agua, creando formaciones geológicas únicas, como el icónico Castildetierra, una de las estampas más fotografiadas del parque.
Para explorar este paraje, puedes recorrer sus senderos a pie, en bicicleta o en coche. Cada rincón de las Bardenas ofrece una vista diferente, con barrancos, mesetas y llanuras interminables donde la luz del día transforma los colores del paisaje. Dependiendo de la hora y la estación, los matices ocres se intensifican o suavizan, ofreciendo un espectáculo visual en constante cambio.
Este destino es ideal para los amantes de la aventura y la fotografía. No olvides llevar agua y protección solar, ya que el clima puede ser extremo
Dónde alojarse: Cuevas de Bardenas (Valtierra).
AZUL: JÚZCAR (MÁLAGA)
Si hay un lugar en España donde el azul es protagonista, ese es Júzcar, en Málaga. Conocido como el "pueblo pitufo", fue completamente pintado de azul en 2011 para promocionar una película de animación. Aunque inicialmente era una iniciativa temporal, los vecinos decidieron mantener este color, convirtiéndolo en una atracción turística única.
Más allá de su estética singular, Júzcar ofrece un entorno natural espectacular, rodeado de montañas y senderos que invitan a explorar la Serranía de Ronda. Es un destino ideal para realizar rutas de senderismo en familia, combinando naturaleza y un pueblo con un encanto especial.
Si visitas Júzcar, no te pierdas su gastronomía típica, con platos andaluces como la sopa perota o la carne en salsa. También puedes aprovechar para recorrer los alrededores y descubrir otros pueblos blancos de la comarca.
Dónde alojarse: Hotel Los Castaños (Cartajima).
NEGRO: RUTAS DE LOS PUEBLOS NEGROS (GUADALAJARA)
Su propio nombre lo indica, y es que en esta zona de Guadalajara el negro de la pizarra caracteriza a estos pueblos. Se trata de una de las rutas más fascinantes del turismo rural en España. Estas localidades, como Campillo de Ranas, Valverde de los Arroyos o Majaelrayo, se han construido con este material autóctono, tan característico, creando un paisaje sobrio pero encantador.
Entre sus atractivos destacan la Chorrera de Despeñalagua, una espectacular cascada a la que se puede acceder a pie, y la arquitectura negra, que contrasta con el verdor de los montes de la Sierra de Ayllón. Un destino propicio para desconectar y descubrir un mundo de piedra y tradición.
Dónde alojarse: El Molino del Serio (Artienza).
BLANCO: RUTAS DE LOS PUEBLOS BLANCOS (CÁDIZ)
El blanco de la cal cubre las fachadas de los Pueblos Blancos de Cádiz, creando una estampa luminosa bajo el sol andaluz. Setenil de las Bodegas con sus casas incrustadas en la roca, Zahara de la Sierra, Grazalema con su exuberante parque natural o Vejer de la Frontera, son algunas de las localidades más bellas.
Por no decir que lo son todos. Y es que sus calles encaladas, adornadas con macetas de geranios y buganvillas, no dejan indiferente a nadie. Transmiten frescura, serenidad y bienestar. Esta ruta te permitirá disfrutar de la gastronomía local, como el queso payoyo o el venado en salsa, y sumergirte en la historia andaluza de origen morisca, gracias a sus castillos y sus espectaculares miradores.
Dónde alojarse: Casa rural Huerta La Terrona (Grazalema).
MORADO: MORATALLA (MURCIA)
Y si tu color favorito es el morado, los campos de lavanda en el municipio murciano de Moratalla son tu destino ideal. Eso sí, para verlos en todo su esplendor tendrás que adecuar tu escapada a su floración, en julio y agosto. Es entonces cuando disfrutarás al máximo de esta bonita estampa floral.
Aunque Moratalla es mucho más que sus floridos campos. Su casco histórico, con su castillo medieval y sus callejuelas empedradas, es un atractivo en sí mismo. Además, la naturaleza circundante brinda rutas de senderismo como la del Cañón de los Almadenes, un paraíso para los amantes del turismo activo. Naturaleza, historia y colores vibrantes se combinan en este destino perfecto para desconectar.
Dónde alojarse: Ecofinca Cortijo Los Gorros (Moratalla).