Foto: CEDIDA
Por Elena González
¿Qué hacen 20.000 personas con 130.000 kilos de tomates maduros? Ya que comerlos no, sólo queda una posibilidad: liarse a 'tomatazo limpio' en una de las batallas campales más pacíficas y famosas a nivel internacional de nuestro país: La Tomatina.
La fecha programada para la 'guerra tomatera', celebrada en la ciudad valenciana de Buñol, es el 28 de agosto, un día en el que esta fruta sale de las ensaladas españolas para convertirse en un arma arrojadiza que teñirá de rojo tanto el municipio como a sus participantes.
Este año, por primera vez, aquellos que quieran participar en este evento deberán abonar 10 euros para adquirir su entrada, o mejor dicho, para pagar la tasa municipal impuesta por el Ayuntamiento de Buñol.
La nueva medida responde al intento de conseguir mayor seguridad al limitar el aforo a 20.000 personas, evitando colapsos y ganando espacio, además de constituir así con una fuente de ingresos complementaria para la financiación del evento.
Una medida que ha recibido una "positiva acogida" por parte de ciudadanos y touroperadores, y que "ya se venía madurando desde hace tiempo", según explica el alcalde, Joaquín Masmano, y Spaintastic, empresa encargada de vender las entradas.
Con el aforo limitado se pretende "devolver" la fiesta a los habitantes de Buñol, sin dejar de lado a los demás participantes internacionales, ya que también resultaba injusto que personas que venían de tantos miles de kilómetros de distancia pudieran participar en la fiesta.
ENTRADAS AGOTADAS.
Surgida a raíz de una broma en 1945, la Tomatina ha llegado a convertirse en fiesta de Interés Turístico Internacional y cita ineludible para muchos. Y el hecho de que este año haya que pagar entrada no ha frenado los ánimos.
Prueba de ello es que el 23 de julio, a más de un mes de la celebración, ya se habían vendido el 87% de las entradas de un total de las 15.000 que se pusieron a la venta en el mes de abril, excluyendo las 5.000 gratuitas reservadas a los participantes autóctonos. De estas 15.000, 5.200 se destinaron a la venta directa como entradas sencillas y 9.800 para ser vendidas por 20 touroperadores y agencias de viajes, siete de ellas españolas.
Tanto es así, que el 12 de agosto Spaintastics, anunciaba que los pases simples --aquellos que únicamente permitían acceder al recinto-- se habían agotado cuando todavía restaban más de dos semanas antes de la famosa celebración en El Buñol.
No obstante, la compañía ofrece diferentes paquetes que incluyen, además de la entrada, el transporte en autobús a Buñol desde Valencia, Gandía, Benidorm, Madrid o Barcelona. Algunos de ellos también ofrecen la camiseta oficial de la Tomatina, una guía, acreditación especial para evitar las tediosas colas de acceso, y el fin de fiesta perfecto: una paella con una sangría bien fría, con animación musical incluida.
Y para los más perezosos a la hora de buscar alojamiento existe uno que incluye dos noches en un hotel de cuatro estrellas. Los paquetes, a pesar de tener un precio mayor, gracias a la publicidad de las redes sociales, continúan vendiéndose en el 'sprin final' según fuentes de Spaintasic.
FIESTA INTERNACIONAL.
Y es que nadie quiere perderse esta famosa batalla vegetal, capaz de atraer a turistas de todas las partes del mundo para poder tomar parte durante unas horas de esta curiosa contienda. Los australianos han sidos los turistas que más entradas han adquirido, representando un 19,9%.
Por su parte, los turistas japonenes (17,94%), por increíble que parezca, también se sienten muy atraídos por esta fiesta.
Les siguen ingleses (11,20%), españoles (7,83%) y estadounidenses (7,6%) e incluso turistas procedentes de países como India, Polonia, Trinidad y Tobago, Fiji, Bahamas o Yemen, que recorren miles y miles de kilómetros desde sus lugares de origen para presenciar una de las fiesta más populares y curiosas del verano en nuestro país.
Una fiesta que no entiende de nacionalidades, como tampoco de edades. A pesar de que el núcleo duro de asistentes lo componen jóvenes entre 18 y 35 años , representando un 60%, este año en la Tomatina podremos encontrar a personas ¡con más de 80 años!.
TOMATE POR TODOS LADOS.
Para ir abriendo boca, un día antes del gran evento tendrá lugar la Pre-Tomatina, una fiesta en la que se sorteará un pase para ocupar una de las plazas en el camión. La famosa discoteca Umbracle, situada en pleno centro de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, es el sitio elegido para celebrar este pequeño adelanto de la gran celebración del días siguiente, eso sí, sin tomates sobrevolando las cabezas de por medio.
Y para aquellos que quieran sentirse como los reyes de la fiesta, existe la posibilidad de lanzar tomates desde una posición privilegiada, desde lo alto de uno de los seis camiones encargados de repartir la munición, sumergido entre toneladas de esta fruta, aunque sólo 20 personas podrán disfrutar de esta experiencia.
Por el contrario, si eres de los que prefiere participar pero desde lejos, sin el agobio del remolino de gente, también es posible adquirir una plaza en los balcones aledaños a la plaza para disfrutar del acto sin necesidad de acabar cubierto de puré de tomate. A todos ellos, al adquirir este paquete la empresa les regala nada menos que un beso y un abrazo.
Para disfrutar al máximo sin ningún sobresalto es aconsejable seguir los consejos que se explican en la página web oficial del evento como por ejemplo llevar calzado cerrado y ropa vieja, llegar puntual, guardar la distancia adecuada con los camiones y no dejar la búsqueda de alojamiento para el último momento si prefieres no arruinarte.