Un empresario holandés convierte un viejo avión en un hotel de lujo

Imagen De Hotel Honecker
EUROPA PRESS
Actualizado: viernes, 3 febrero 2012 13:57

MADRID 3 Feb. (EUROPA PRESS) -

El empresario holandés Ben Thijssen ha decidido convertir un viejo avión ruso, un Ilushin 18 de la década del 60, que perteneció al ex presidente alemán Erich Honecker, en un hotel cinco estrellas al que ha denominado Hotel Honecker (Hotel Vliegtuigsuite en su versión holandesa).

Gracias a este hotel los turistas podrán disfrutar de una noche de avión sin despegar del suelo en una suite de 400 metros de largo. La cabina del piloto se mantiene intacta, por lo se puede pasar a verla en cualquier momento.

El alojamiento en este avión cuesta 350 euros la habitación doble para dos personas, aunque también esta pensado como lugar de reuniones de unas quince personas bajo petición expresa.

El hotel-avión, cuenta con un sauna, cocina, televisiones de pantalla plana con reproductores de Blu-Ray, internet sin cable y otros detalles de lujo.

El empresario descubrió el avión en un pueblo llamado Harbke, en el estado alemán de Sajonia-Anhalt, donde se ha llegado a utilizar como restaurante. Thijssen invertió unos 450.000 euros para reconvertir al avión que había comprado como chatarra por casi 19.000 euros.

HOTEL CERCANO AL AEROPUERTO.

El aparato está ubicado en una de las pistas del Aeropuerto Teuge, al este de Amsterdam, por lo que además de disfrutar de un curioso sitio para hospedarse, se podrá disfrutar de las vistas del aeropuerto viendo despegar y aterrizar a los aviones mientras los usuarios están alojados en el avión.

Otra de las ventajas de encontrarse situado en un aeropuerto es que se puede contratar varias actividades entre las que se encuentra un tour en avión o en helicóptero por la zona, la posibilidad de tomar unas clases de vuelo, e incluso saltar en paracaídas.

En su vida anterior, el avión pertenecía al ex presidente de la Alemania oriental comunista (RDA) Erich Honecker y fue utilizado para transportar funcionarios de Alemania Oriental hacia Cuba, Rusia o China.

El presidente voló a menudo con él y de hecho en la cabina hay un asiento extra para un agente de la Stasi (el servicio secreto de la Alemania socialista) que siempre debía controlar que se siguieran el curso y aeropuerto previstos.