MADRID 14 May. (EUROPA PRESS) -
Los problemas de producción relacionados con la seguridad en Boeing están afectando a la normalización del mercado aeronáutico, beneficiando al arrendamiento de aviones y a su competidor Airbus, además de resurgir el interés por el A380, según un análista de Scope Ratings, Christian Vogel.
En concreto, la crisis en el fabricante estadounidense favorece la actividad de las empresas de alquiler de aeronaves, ya que la demanda de viajes aéreos tras la pandemia crece más deprisa que la oferta de aviones.
Por su parte, Airbus también se beneficia del duopolio que mantiene con Boeing en el mercado de aviones de pasajeros debido a que aumenta su producción con más éxito que su rival para satisfacer la fuerte demanda.
Así, la compañía europea entregó 142 aviones comerciales en el primer trimestre de 2024, frente a los 127 del mismo periodo año anterior, mientras que Boeing entregó 83 aviones frente a los 157 del trimestre anterior, lo que "pone en aprietos a las aerolíneas que buscan renovar sus flotas de Boeing con aviones nuevos y más eficientes".
Al mismo tiempo, Scope señala que otra consecuencia de esta situación, aunque probablemente temporal, es el resurgimiento del interés por el descatalogado A380 de Airbus.
Por ejemplo, en Emirates, IAG, Grupo Lufthansa y Qatar Airways quedan o han vuelto a entrar en servicio un número inesperadamente elevado de A380, reflejando en parte la dificultad de conseguir rápidamente nuevos tipos de aviones más eficientes.
"El resurgir del A380 parece temporal si se tiene en cuenta la elevada concentración de la flota activa en unos pocos operadores --encabezados por Emirates--, los elevadísimos costes de conversión interior para una compra de segunda mano y los costes de explotación generalmente desfavorables del cuatrimotor", ha explicado el analista.
LOS PROBLEMAS DEL MAX 737 DE BOEING
Además, las dificultades en la cadena de suministro de Boeing provocaron nuevas interrupciones de las entregas en 2023, antes de que un panel se desprendiera de un 737 MAX 9 de Air Alaska en pleno vuelo el pasado 5 de enero diera lugar a una nueva investigación de los reguladores estadunidenses, además de la paralización de un buen número de aviones de ese modelo y estrictos controles de calidad y producción.
Los problemas del fabricante estadounidense relacionados con el modelo MAX están exacerbando otros relacionados con el aumento de la producción tras la pandemia, en particular la escasez de personal cualificado y con experiencia tras haber recortado más drásticamente el personal permanente durante la crisis que Airbus, que se benefició de permisos y planes de empleo a tiempo parcial.
Por tanto, los problemas de producción de Boeing están teniendo un impacto desigual en el sector aeronáutico-financiero. Por un lado, el precio de sus aviones en general puede verse sometido a cierta presión debido a los problemas de calidad, las inmovilizaciones en tierra y las paradas por mantenimiento.
Por otro, la escasez de aviones está aumentando el importe de los Boeing y Airbus. Además, mientras que las grandes compañías aéreas y los arrendadores pueden renegociar los precios con Boeing, a las pequeñas compañías les puede resultar más difícil.