MADRID 4 Dic. (EUROPA PRESS) -
El grupo de expertos internacionales Antarctic Tourism Action Group (Ant-TAG) ha elaborado un documento para regular el turismo en la Antártida, que ha registrado cifras récord en el último año, con el objetivo de informar sobre las consecuencias que tiene esta actividad.
Así lo ha anunciado la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) este miércoles en una nota de prensa, en la que ha explicado que toda la información se somete a un proceso editorial antes de ser publicada.
"El principal objetivo de estas publicaciones es informar a los tomadores de decisiones en las Reuniones Consultivas del Tratado Antártico sobre los recursos y aspectos clave de cada tema. Por eso, buscamos combinar un alto nivel de rigor científico con un lenguaje claro y accesible, para que cualquiera pueda entender el contenido", ha detallado el técnico especialista del Departamento de Ecología de la UAM y miembro de Ant-TAG, Pablo Tejedo.
El número de turistas en la Antártida ha aumentado en los últimos años. En la temporada 2019-2020, más de 70.000 personas la visitaron y, en la campaña 2022-2023, la cifra subió a casi 105.000, con números aún mayores en la temporada más reciente, 2023-2024, rozando los 125.000.
Las actividades humanas en la Antártida están reguladas por el Tratado Antártico, un acuerdo internacional firmado hasta ahora por 57 países que establece un marco básico para la protección de esta región. Cada año, los países firmantes se reúnen en las Reuniones Consultivas del Tratado Antártico (RCTA), donde discuten temas de interés común y desarrollan recomendaciones para promover los objetivos del Tratado, incluida la protección del ecosistema antártico.
En la RCTA de 2023, celebrada en Helsinki, Finlandia, se aprobó la Decisión 6 (2023), que inició el desarrollo de un marco integral para regular el turismo en la Antártida, mostrando el compromiso de los países firmantes para abordar este desafío.
Diferentes regiones del planeta están sufriendo los efectos del cambio climático causado por la actividad humana, y las zonas polares son especialmente vulnerables a las crecientes alteraciones en los patrones de temperatura y precipitaciones que se producen en la actualidad. Esta vulnerabilidad ha impulsado el llamado "turismo de última oportunidad", en el que muchos turistas se apresuran a visitar estas regiones antes de que los paisajes cambien drásticamente.