Archivo - Turistas en Madrid. - EUROPA PRESS - Archivo
MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
El impacto del conflicto de Ucrania en el gasto de los turistas internacionales en España podría ser mayor que el de la variante ómicron, según una nueva oleada del Barómetro Turístico de Braintrust.
En concreto, la firma de consultoría ha planteado tres escenarios posibles que se pueden dar en los próximas semanas o meses. En el escenario más desfavorable, posiblemente provocado porque la guerra se enquistara, el gasto de los turistas internacionales alcanzaría el 60% del nivel de 2019 en Semana Santa.
En este escenario, la compañía ha señalado que el repunte de las materias primas comenzará a afectar de manera seria a las economías domésticas, el turismo internacional, y más en concreto, el europeo, por lo que caería hasta niveles ómicron, e incluso la caída podría ser más acusada.
Por otro lado, según el escenario más favorable respecto a la guerra, es posible que durante la Semana Santa de 2022 el volumen de turistas extranjeros que visiten España sea prácticamente igual al que visitó el país en el mismo mes de 2019, con una recuperación de en torno al 90% del gasto internacional.
El escenario medio, en el que el conflicto no tenga presagios de un fin rápido, el turismo se podría ver afectado y la recuperación llegaría de forma más lenta, por lo que en Semana Santa se alcanzaría un 81% del nivel de 2019.
EL TURISTA NACIONAL PUEDE SER CLAVE DE NUEVO
En la nueva oleada del Barómetro Turístico, Braintrust destaca que el turista nacional podría salvar la temporada un año más, y emite sus previsiones de cara a 2022, manifestando que las cuotas de afluencia este año podrían ser del 73% de nacionales frente al 27% de extranjeros, lo que comparado con 2019, donde el turista doméstico supuso un 68% y el extranjero un 32%, inclina la balanza otra vez a favor del viajero español.
Estos datos ya tienen en cuenta tanto el efecto negativo de la invasión de Ucrania en los viajeros internacionales, como el efecto positivo donde España ganaría terreno frente a otros destinos tradicionales del Mediterráneo como Turquía, por su proximidad a la zona del conflicto.
En este contexto, parece que el turismo nacional podría convertirse de nuevo en la tabla de salvación de algunos destinos, especialmente en el corto plazo, ya que, tanto por motivos económicos como por percepción de seguridad, se prevé menos retracción, y donde el miedo lastraría menos los movimientos a escala doméstica que las restricciones locales impuestas por los gobiernos regionales en cada CCAA a raíz del Covid-19.