MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
Visitar el monte Takao, desconectar en el Valle Akigawa o pasear por los jardines tokiotas para contemplar auténticos escenarios otoñales son algunos de los planes incomparables que pueden realizar los turistas en su visita a Tokio. Una ciudad cosmopolita que abraza tradición y modernidad a partes iguales y que a partir del próximo mes de noviembre se prepara para teñirse con todos los colores otoñales en el denominado 'momiji'.
En esta época el visitante puede disfrutar de este espectáculo de la naturaleza que supone la conversión de las hojas verdes al rojo intenso, pasando por los colores amarillos y naranjas. Estas estampas forman parte de una de las imágenes más bellas y típicas del país nipón, por lo que la belleza de sus paisaje se puede observar por todo el territorio nacional en diferentes fechas.
El 'momiji' sigue el camino contrario al florecimiento de los cerezos en primavera. Es decir, cubre todo el país avanzando de norte a sur. Esto es así porque las hojas se van tornando amarillas, anaranjadas, rojas y hasta violetas con la llegada de los vientos más fríos y la bajada de temperaturas.
Es todo un espectáculo de la naturaleza que nos regala un caleidoscopio de colores del verde intenso al rojo pasando por diversas tonalidades de amarillo y naranja durante el otoño.
La Agencia Meteorológica de Japón anunció recientemente sus últimas previsiones y, en el caso de Tokio, este hito comenzará desde el día 26 de noviembre, tiñéndose completamente sus hojas a partir del 1 de diciembre, y pudiéndose disfrutar en su máximo esplendor en el Monte Takao.
COLORIDO PAISAJE EN EL MONTE TAKAO.
Uno de los lugares más emblemáticos para ver escenarios de ensueño se encuentra en el Monte Takao, a menos de 1 hora en tren desde el centro de Tokio, donde observar la explosión de colores junto con el río Tamagawa o el lago Okutama de fondo.
Es conocido por su belleza natural y su diversidad de caminos serpenteantes que están bordeados de arces japoneses y otras especies de árboles que transforman el paisaje en un verdadero espectáculo. Dado que se encuentra alejado de la ciudad, es una experiencia única para aquellos que buscan conectar con la naturaleza durante todo un día.
Además, en la subida al monte el visitante se encuentra con el templo Yakuo-in, majestuoso y colorido, donde los senderistas encuentran un respiro y donde se siente la paz y calma espiritual.
En el Valle Akigawa la paz y el descanso son patentes. Se trata de un lugar mágico y terapéutico donde disfrutar de una escapada otoñal auténtica. Es el destino perfecto para pasar un día entre naturaleza, ya sea pescando, haciendo senderismo o alquilando una barbacoa, incluso desconectando durante unos días en un camping.
En esta zona es posible visitar diferentes atractivos como la cueva de piedra caliza Otake que ha sido designada como monumento natural de Tokio; visitar Seoto-no-Yu, un elegante onsen con bañeras en el interior y al aire libre; y observar el paso del río vestido por un paisaje otoñal de cuento desde el puente colgante Ishifune-bashi.
DESCONECTAR ENTRE POSTALES OTOÑALES.
En Tokio el turista puede desconectar entre auténticas postales otoñales. En todos los parques de la capital nipona es posible contemplar las estampas tradicionales y coloreadas ya sea dando un paseo por sus senderos o incluso realizando un picnic.
Ejemplos de ellos son los Jardines Rikugien, donde se encuentran unos 400 árboles de arces, además de muchos ginkgos y zelkovas; Shinjuku Gyoen, que cuenta con tres zonas diferentes, siendo la zona del jardín japonés o inglés donde mejor se pueden observar las postales rojas y amarillas; Meiji Jingu Gaien, también conocido como 'avenida de los árboles ginkgo', por lo que se puede pasear entre árboles teñidos de amarillo; y Yoyogi, donde pasear hasta la zona sur del parque para contemplar estos colores otoñales en su máximo esplendor; entre otros.