MADRID 26 Dic. (EUROPA PRESS) -
Hungría es hogar de una red de 1.200 manantiales termales, 350 de los cuales son reconocidos como fuentes terapéuticas oficiales, ofreciendo a los visitantes una auténtica experiencia de bienestar, relajación y salud.
Desde los baños palaciegos de Budapest hasta los tranquilos lagos termales, estos rincones ofrecen una fusión que invita a sumergirse en lo terapéutico y lo cultural, según la agencia Hungara de Turismo que asegura que el invierno es el momento perfecto para sentir el contraste reconfortante entre el frío exterior y el abrazo cálido de las aguas termales.
Ubicado en el Parque de la Ciudad en el lado de Pest, el Baño Termal Széchenyi es el más popular de la capital, siendo su edificio neobarroco y neorrenacentista uno de los complejos de baños monumentales más grandes de Europa.
Dentro de este spa, los amantes del agua pueden disfrutar de un total de 21 piscinas, incluyendo tres al aire libre. El agua medicinal aquí es famosa por sus efectos terapéuticos, recomendada para tratar enfermedades degenerativas de las articulaciones y la columna, artritis crónica, problemas ortopédicos y rehabilitación postraumática.
Un hecho que hace diferente a este baño es que no sólo son los visitantes al complejo los que se sumergen es sus aguas, sino que los hipopótamos del zoológico y jardín botánico de Budapest aprovechan el agua proveniente de las mismas fuentes que alimentan el Baño Termal Széchenyi. Sorprendentemente, su composición se asemeja a la del Nilo, lo que establece esa conexión única entre los habitantes del zoológico y las aguas termales del baño.
JOYA DEL ART NOUVEAU Y DE LA RELAJACIÓN
Otra de las visitas obligatorias en Budapest es el Baño Termal Gellért, que reluce como un vivo ejemplo de la cultura de los baños del siglo XIX en la ciudad. Este edificio de estilo Art Nouveau, coronando el final del Puente de la Libertad desde su construcción en 1911, no solo permite asomarse a la vida de antaño en estos balnearios, sino que además deslumbra con la fascinante arquitectura de principios del siglo XX.
Designado como monumento nacional, este lugar destaca por su distintiva decoración de porcelana Zsolnay y por ser la cuna de la primera piscina de olas del mundo.
Además, los poderes curativos del agua termal que alberga son notables, especialmente reconocidos en el tratamiento de dolencias articulares, afecciones de la columna, vasoconstricción y problemas circulatorios.
Es tal el renombre que tiene este complejo que ha recibido a personalidades de renombre mundial, desde la Reina Juliana de los Países Bajos hasta el ex presidente de Estados Unidos Richard Nixon, junto con figuras como el compositor Andrew Lloyd Webber, el violinista Yehudi Menuhin, así como Uma Thurman y Ryan Gosling, entre otros.
BAÑO TERMAL RUDAS.
El Baño Termal Rudas tiene sus raíces en el siglo XVI, durante la ocupación turca, y conserva su esencia histórica hasta el día de hoy. Su icónica piscina octogonal, el elemento más antiguo del establecimiento, contrasta con la piscina de nado y sauna erigida en 1896, reflejando así siglos de tradición y renovación.
Para aquellos que buscan una experiencia nocturna, el este baño es el lugar idóneo, ya que abre sus puertas los viernes y sábados hasta las tres de la mañana. Además, su ubicación junto al río Danubio brinda una vista espectacular de los puentes Isabel y de la Libertad, especialmente cautivadora durante los baños nocturnos.
Más allá de Budapest, existen en Hungría destinos termales con historias únicas, cada uno ofreciendo un remanso de relajación y tratamientos terapéuticos exclusivos. Desde el Lago Hévíz, pasando por el complejo Baño Termal Bükfürdo, hasta el Baño Termal de Harkány, cada lugar te invita a sumergirse en una experiencia de lo más rejuvenecedora.
El Lago Hévíz, conocido como el lago termal natural más grande del mundo, destaca entre los destinos rurales más populares de Hungría. Con una profundidad de 38 metros y una renovación natural del agua cada 3,5 días, este lago ovalado, alimentado por aguas termales y frías, permite nadar incluso en condiciones climáticas rigurosas.
Además, los tratamientos con el barro medicinal procedente de este lago pueden estimular la circulación, acelerando el metabolismo y brindando una suavidad única a la piel, razón por la cual también es apreciado por la industria de la belleza.
Por otro lado, el Baño Termal Bükfürdo se trata del segundo complejo termal más grande de Hungría, que ofrece una variedad de opciones con sus 34 piscinas y más de 5,000 metros cuadrados de superficie acuática. Con piscinas medicinales, de natación y de aventura, modernas saunas, un centro de bienestar y reconocidos tratamientos terapéuticos, este destino es una parada obligada para aquellos en busca de relajación.
De esta misma forma, con sus fuentes sulfurosas legendarias, el Baño Termal de Harkány ha sido un gran refugio de recuperación durante casi dos siglos, pues ha registrado más de 160.000 casos exitosos en reumatología, dermatología y ginecología, evidenciando los beneficios de sus aguas medicinales.