MADRID, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los Senderos Azules, caminos e itinerarios transformados para la interpretación y la educación ambiental, así como para el disfrute de la naturaleza a través de la realización de actividades recreativas, culturales, deportivas y turísticas, superan este año el centenar en toda España, alcanzando la cifra de 104 senderos, lo que supone un 22,3% más que en 2022.
Los senderos galardonados, elegidos por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC), que suman 22 más que el año pasado, abarcan 600 kilómetros de 83 municipios en 19 provincias y en ellos también se reconoce la labor que realizan las administraciones para fomentar las actividades en la naturaleza, deporte y el ocio.
Pontevedra es la provincia con mayor número de Senderos Azules de toda España con un total de 22 galardones, seguida de Castellón y Murcia con 10 senderos cada una.
Este año destaca especialmente el incremento de los Senderos Azules galardonados en la Región de Murcia, donde se ha pasado de 4 Senderos en 2022 a 10 galardones en este año 2023.
De acuerdo al estudio de las candidaturas, el 60% de los Senderos Azules galardonados se encuentran parcial, o totalmente, inmersos en Espacios Naturales Protegidos. Además hay especies de flora o fauna protegida en, aproximadamente, el 59% de ellos.
El 85% de los Senderos Azules alberga Hábitats de Interés Comunitario, siendo los más representativos los tipos de hábitats dunares. Del conjunto de senderos con flora invasora, en un
95% de los casos se han emprendido acciones de erradicación de especies.
Entre las otras acciones de mejora ambiental llevadas a cabo en estos senderos y su entorno destaca la regeneración de espacios dunares, la plantación de especies autóctonas o la renaturalización de antiguas sendas en desuso.
ACTIVIDADES TURÍSTICAS.
El objetivo general de este programa de Educación Ambiental es premiar y reconocer, a través de la Bandera Sendero Azul, los esfuerzos realizados por municipios y otras entidades en la puesta en
marcha de caminos interpretativos que recuperan espacios naturales y promueven la conservación del medio, garantizando que las sendas permitan la funcionalidad de los ecosistemas, potenciando la conectividad de los entornos naturales y su restauración, contribuyendo así a la adaptación a los efectos del cambio climático.
El galardón Sendero Azul es concedido por un jurado independiente formado por expertos que revisan la adecuación de las características de los senderos a los criterios del programa, que son actualizados anualmente.
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