MADRID 22 Sep. (EUROPA PRESS) -
Con la llegada del equinoccio de otoño, Tokio se transforma en un escenario de ensueño, donde los paisajes urbanos se tiñen de cálidos tonos dorados, rojos y naranjas, ofreciendo una experiencia visual única para sus visitantes. Esta temporada, que marca la transición hacia el invierno, no solo se celebra a través de los coloridos cambios en la vegetación, sino también con festivales que honran la naturaleza y las tradiciones culturales profundamente arraigadas en Japón.
A medida que los días se acortan y las temperaturas descienden, Tokio se viste de otoño. El clima más fresco invita a pasear por parques y jardines que, en esta época del año, se convierten en verdaderos cuadros vivientes.
Los árboles, preparados para su descanso invernal, presentan una explosión de colores que transforman la capital en un mosaico de paisajes idílicos. Lugares como el parque Yoyogi, el jardín Rikugien y el santuario Meiji son escenarios perfectos para disfrutar del fenómeno conocido como 'momiji', la observación de las hojas rojas de arce que se ha convertido en una tradición otoñal en Japón.
Desde la contemplación de la luna llena en Mukojima-Hyakkaen hasta los festivos recorridos por túneles de ginkgos dorados, el otoño en Tokio es un momento para conectar con la naturaleza y celebrar la vida.
LA LUNA DE COSECHA: INICIO DE TEMPORADA.
El otoño en Tokio comienza con la observación de la luna de cosecha, un evento profundamente ligado a la tradición agrícola japonesa. Este fenómeno, que ocurre a mediados de septiembre, marca el inicio de la temporada de recolección. En tiempos antiguos, se celebraba para agradecer la abundancia de la cosecha, y hoy en día sigue siendo una ocasión especial para los tokiotas.
Uno de los mejores lugares para disfrutar de este espectáculo es el jardín Mukojima-Hyakkaen, ubicado en el barrio de Sumida. Durante tres días, este jardín histórico abre sus puertas hasta las 21 horas para que los visitantes puedan admirar la luna llena en un entorno mágico, iluminado con farolillos tradicionales y acompañado de música japonesa. La atmósfera íntima y cultural convierte la experiencia en algo verdaderamente especial.
Y cuando llega octubre, Tokio se sumerge completamente en los tonos rojizos y ocres del otoño. Uno de los destinos más recomendados para disfrutar de esta estación es la zona del monte Mitake, a menos de dos horas del centro de la ciudad en tren.
Este paraíso natural es conocido por sus paisajes impresionantes, donde los colores de los árboles se reflejan en las aguas tranquilas del lago Okutama y contrastan con el azul profundo del río Tamagawa.
Mitake es también un lugar ideal para los amantes del senderismo. Los numerosos caminos que serpentean entre las montañas ofrecen vistas panorámicas de los valles y ríos, todo envuelto en la vibrante paleta de colores que trae el otoño. Sin duda, es una escapada perfecta para quienes desean un respiro de la bulliciosa ciudad y desean conectarse con la naturaleza.
FESTIVALES DE OTOÑO: CULTURA Y TRADICIÓN.
Noviembre es uno de los meses más especiales en Tokio, cuando los colores otoñales alcanzan su máximo esplendor. Durante este tiempo, la ciudad se llena de festivales que celebran la llegada del otoño y destacan tanto la naturaleza como las costumbres locales.
Uno de los más esperados es el Festival de las Hojas de Otoño del Monte Takao, también conocido como "Takao Momiji Matsuri". Este festival, que se extiende desde finales de octubre hasta principios de diciembre, ofrece espectáculos tradicionales y gastronomía local en un entorno donde los colores de las hojas se despliegan en todo su esplendor.
Otra cita imperdible es el Festival del Ginkgo de Hachioji, que tiene lugar a lo largo de la carretera Koshu Kaido. Durante este evento, que se celebra a mediados de noviembre, más de 700 árboles de ginkgo alineados a ambos lados del camino forman un túnel dorado que parece salido de un cuento de hadas.
Las familias acuden a este recorrido de 4 kilómetros para disfrutar del espectáculo visual, participar en actividades culturales y saborear platos típicos japoneses. Los desfiles y las actividades familiares son parte esencial de la celebración, haciendo de este festival una experiencia inolvidable tanto para locales como para turistas.
Si planeas visitar Tokio en esta época, no olvides llevar una cámara para capturar los hermosos paisajes y participar en los festivales que llenan de vida y color la capital nipona. El otoño transforma la ciudad en un lugar donde cada rincón tiene algo especial que ofrecer, haciendo de esta estación una de las mejores para explorar la capital de Japón.