Imagen de La Valletta, capital de Malta - TURISMO DE MALTA
MADRID, 19 May. (EUROPA PRESS) -
El archipiélago de Malta es uno de los secretos mejores guardados del Mediterráneo. Una tierra llena de cultura en mitad de África, Asia y de Europa que, con 7.000 años de historia y uno de los mejores climas de Europa, es considerado uno de los países más pequeños del mundo.
Formado por Malta (isla principal y la que da nombre a la República), Gozo y Comino, este 'país de bolsillo' entre dos mundos se encuentra a apenas tres horas de vuelo de España por lo que puede ser una opción interesante para los turistas españoles que este verano desean conocer nuevos destinos todavía asequibles a nivel de precios.
En este pequeño paraíso terrenal cuenta con sitios arqueológicos, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO e infinidad de rincones que fueron elegidos para filmar películas como Troya, Gladiator, Munich, El Conde de Montecristo, Vicky el Vikingo, Ágora o la serie Juego de Tronos.
Uno de los mejores rincones que poder descubrir es su capital, La Valeta, el punto patrimonial más impresionante de las islas. Esta ciudad cautiva al viajero por sus calles, con un casco antiguo declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y donde el pasado y el presente se fusionan en una mezcla fascinante.
Fue construida por los caballeros de la Orden de San Juan en el siglo XVI y, desde entonces, ha sobrevivido a numerosos asedios y terremotos, pero siempre manteniendo su aspecto original: calles empedradas, fachadas de piedra caliza y balcones de hierro forjado.
Además, cada elemento y cada rincón de la ciudad habla de su rica historia y hace sentir a los visitantes que forman parte de ella. Desde la impresionante Catedral de San Juan hasta la majestuosidad del Palacio del Gran Maestre, La Valeta es un destino que deja, sin duda, una huella imborrable en los viajeros.
GUÍA DEFINITIVA PARA CONOCER LA VALETA.
La visita a la capital maltesa puede comenzar en Plaza de la República, la más grande de la ciudad, que decora su perímetro con una estatua de la reina Victoria. Esta pequeña plaza se encuentra en frente de la Biblioteca Nacional de Malta en La Valeta. En su interior están guardado los archivos de la Orden de San Juan, y una gran colección de periódicos publicados en Malta desde 1830.
El espacio abierto de la plaza es utilizado por los cafés al aire libre, el más famoso es Café Cordina, un café que lleva formando parte de la vida local desde hace más de cien años. Situado en uno palacio, es el típico lugar intemporal, con decoración de principio de siglo, techos altos, arañas de cristal, paneles de madera y baldosas verdes. No hay nada más local, que tomar un Kinnie, refresco de naranjas amargas y ajenjo, y perfecto para los calores de la isla, y tomarse el tradicional aperitivo maltés unos pastizzi relleno de queso o guisantes.
A partir de aquí, se puede acceder a la calle principal, Republic Street, repleta de tiendas, bares y restaurantes, y donde se encuentra el Teatro Manoel, uno de los teatros en activo más antiguos de Europa. En 1731, António Manoel de Vilhena, el gran maestro portugués de los Caballeros de Malta, encargó y personalmente financió la construcción de este edificio central para que sirviera de Teatro Público "para la recreación honesta de la gente", siendo abierto al público en 1732.
En esta misma calle se encuentra el Palacio del Gran Maestre, actualmente la sede del Parlamento de Malta, y la impresionante Catedral de San Juan, donde se puede ver el famoso cuadro de Caravaggio, 'La decapitación de San Juan Bautista', la que muchos consideran su obra maestra.
Sin embargo, uno de los puntos fuertes de Valletta es su oferta de museos. El Museo Nacional de Arqueología, ubicado en el antiguo Hospicio de los Caballeros de la Orden de San Juan, muestra la historia de Malta desde la Edad de Piedra hasta la Edad Media, con objetos como las famosas figurillas de las Venus de Malta.
Otro museo imprescindible es el Muza, el Museo Nacional de Bellas Artes, que ocupa el antiguo Palacio de los Grandes Maestros y que cuenta con una amplia colección de arte maltesa y europea, desde el siglo XVI hasta nuestros días.
Una de las mejores maneras para conocer la ciudad es recorrerla a pie, por lo que otro de los planes más interesantes para hacer en La Valeta es caminar por sus callejuelas, descubriendo pequeñas plazas y patios escondidos.
Se puede llegar a la plaza de San Jorge y desde allí subir a la parte alta de la ciudad para disfrutar de las vistas panorámicas de las ciudades de Senglea, Vittoriosa y Cospicua desde el Jardín Upper Barrakka, que alberga un memorial a los caídos en la Primera Guerra Mundial.
Visitar el Saluting Battery es otro de los planes que no pueden faltar en una visita a la capital. Este cañón, situado en la parte alta de la ciudad, fue construido en el siglo XVI y ha sido testigo de muchos momentos históricos a lo largo de los siglos. Cada día, a las 12 del mediodía y a las 4 de la tarde, se realiza una salva de cañones, una tradición que se remonta a la época de los caballeros de Malta.
UNA DELICIA PARA EL PALADAR.
Los amantes de la buena comida encontrarán en La Valeta una amplia oferta gastronómica gracias a los platos típicos malteses o incluso a la cocina más internacional. Entre los primeros se encuentran la ftira, una especie de pizza rellena, y la hobz biz-zejt, un bocadillo de pan maltés con tomate, aceitunas y atún.
Además, en la ciudad hay numerosas pastelerías y cafeterías donde se puede disfrutar de variedad de dulces y postres típicos malteses, como los kannoli (pastelillos cilíndricos de pasta frita crujiente rellenos de ricotta fresca y azúcar, con trozos de chocolate y frutas confitadas), los qaghaq tal-ghasel (hojaldre relleno típico de navidad) o los prinjolata, que se toman especialmente de Carnaval.
Y en cuanto al alojamiento, en La Valeta nunca faltarán opciones para encontrar el lugar perfecto donde descansar. Desde los encantadores hoteles boutique hasta acogedores apartamentos turísticos para todos los bolsillos.
Aunque, para vivir una experiencia excepcional, el Hotel Phoenicia Malta, uno de los hoteles más emblemáticos de la ciudad, es la opción perfecta. Este hotel histórico cuenta con un impresionante jardín que ofrece unas vistas increíbles de la ciudad y transporta a sus huéspedes a otra época.
Sin embargo, una opción más económica se encuentra en la vecina ciudad de Sliema, que cuenta con una gran oferta de hoteles y apartamentos turísticos. Desde ella se puede llegar a La Valeta en ferry en tan solo unos minutos, disfrutando de un agradable paseo en barco con vistas espectaculares del puerto.
En definitiva, la capital maltesa es una ciudad que no deja indiferente a quien la visita; pues su historia, su cultura, su gastronomía y su ambiente hacen de ella una ciudad mediterránea única y muy especial.