MADRID 30 Jul. (EUROPA PRESS) -
Sicpa, una de las mayores compañías biológicas del mundo con sede en España y la unidad francesa de biodefensa Bataillon de Marins-Pompiers de Marsella (BMPM) han lanzado una solución tecnológica destinada a la detección de enfermedades en las aguas residuales de los aviones, lo que puede ayudar a controlar la importación de agentes patógenos de un país a otro.
Los análisis, que se realizan 'in situ' en cada avión, identifican en menos de dos horas patógenos como, por ejemplo, las mutaciones de SARS-CoV-2. Las pruebas de aguas residuales de los aviones tienen la ventaja de ser colectivas, no invasivas y confidenciales.
Además, el sistema también puede detectar varios patógenos en etapas tempranas en personas que no habrían dado positivo en la prueba individual requerida para el embarque.
España se encuentra actualmente en la séptima ola de contagios por coronavirus, que ha provocado que haya hasta tres veces más hospitalizados que hace un año. Los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad muestran que España ha alcanzado los 13 millones de casos notificados hasta el momento con más de 110.000 muertes.
Este aumento de contagios registrado en las últimas semanas no ha
sido únicamente a nivel nacional, si no que afecta también a nivel mundial. La facilidad de transmisión de la nueva variante de coronavirus BA.5 hace que la preocupación aumente entre aquellas personas que son vulnerables.
Con el objetivo de permitir a los gobiernos construir su propio observatorio epidemiológico y monitorear las amenazas emergentes y el desarrollo de epidemias y pandemias, dos compañías multinacionales han creado una solución tecnológica que permite analizar y detectar la presencia de patógenos entre los pasajeros y la tripulación de un vuelo.
Los datos epidemiológicos recopilados podrían ofrecer una visión precisa de la dinámica y el funcionamiento del patógeno y evitar una posible propagación en los territorios a los que llegan los aviones.
Tras realizar pruebas concluyentes en varios aeropuertos de grandes dimensiones sobre la detección del SARS-CoV-2 y sus variantes durante varios meses, la eficacia de la solución se ha confirmado a gran escala, con más de 150 aviones probados, bajo la supervisión de las autoridades sanitarias competentes.
Ambas compañías aseguran que los gobiernos y las autoridades sanitarias "cuentan ahora con una herramienta particularmente eficaz para prevenir y anticipar esos riesgos para la salud".
En su opinión, este sistema aporta una fiabilidad a la vigilancia del virus, y tienen la ventaja de ser colectivas, no invasivas y confidenciales. También pueden detectar varios patógenos en etapas tempranas en personas que no habrían dado positivo en la prueba individual requerida para el embarque.
Por todo ello, esta solución podría evitar el incremento del aumento de contagios ya que resultados de los análisis son enviados de manera inmediata permitiendo seguir con precisión la evolución de una epidemia y la circulación de nuevos patógenos en un país permitiendo tomar las medidas sanitarias más adecuadas de manera inmediata.