MADRID, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Administración Federal de Aviación (FAA) ha notificado formalmente a Boeing que lleva a cabo una investigación por el incidente aéreo del pasado 5 de enero para "determinar si no garantizó que los productos terminados se ajustaran a su diseño aprobado y estuvieran en condiciones para un funcionamiento seguro".
Esta investigación es el resultado de un incidente en el que un 737 MAX 9 de Alaska Airlines tuvo que realizar un aterrizaje forzoso tras el desprendimiento de un panel de salida, y que provocó que la FAA decidiera paralizar todos los vuelos en territorio nacional de unos 171 aviones 737 MAX 9 y ordenar inspecciones.
"Las prácticas de fabricación de Boeing tienen que cumplir con los altos estándares de seguridad que son legalmente responsables de cumplir", ha añadido en un comunicado la entidad este jueves.
Este mismo martes, la FAA ya avisó que está esperando recibir la versión revisada de las instrucciones de Boeing para dar comienzo a las inspecciones formales de los 737 MAX 9 inmovilizados.
Por su parte, los operadores estuvieron realizando inspecciones preliminares estos días antes de la aprobación final de la FAA. En este sentido, tanto United Airlines o Alaska Airlines han comunicado que encontraron piezas o pernos sueltos en algunos de sus aviones Boeing 737 MAX 9.
Hoy también se ha conocido la versión del secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, que ha asegurado en una conferencia que los aviones Boeing 737 MAX 9 permanecerán inmovilizados en tierra hasta que "los reguladores los consideren seguros para volar", según recoge 'Bloomberg'.
Así, ha afirmado que Boeing tiene que demostrar que cada avión que entrega a las aerolíneas es "100% seguro". "Esto significa encontrar y arreglar cualquier cosa relacionada con este problema, así como cualquier cosa que salga a la superficie en las inspecciones que se están llevando a cabo", ha añadido.