Puertos del Estado prevé que entre 2023 y 2024 se recuperen los cruceristas previos a la pandemia

MÁLAGA 14 Sep. (EUROPA PRESS) -

La industria crucerística en España está en plena recuperación tras el parón de movilidad provocado por la pandemia del coronavirus. Si bien en este año ya se ha superado el número de escalas de cruceros previo a la pandemia, año 2019; el 2023 y 2024 se sitúan como los años de recuperación del nivel de pasajeros, que aún sigue alejado de las cifras prepandemia.

En concreto, en 2019 se atendieron en España a casi once millones de cruceristas y este año, las previsiones duplican las cifras de 2021 --año con restricciones COVID-- y superarán los cinco millones. Así, el 2023 se postula como año para empatar el volumen de pasajeros de cruceros, que llegará a recuperarse entre el próximo año y 2024.

Estas son las previsiones que ha trasladado este miércoles el presidente de Puertos del Estado, Álvaro Rodríguez Dapena, durante la jornada inaugural de la feria internacional del mercado de cruceros Seatrade Cruise Med, que se celebra en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga durante los días 14 y 15 de septiembre.

En una atención a medios, Dapena ha explicado que esta falta de recuperación de pasajeros viene motivada a la reducción de plazas por crucero. "Los cruceros mantienen su tamaño pero están ofreciendo menos plazas. Si en 2019 teníamos 2.500 pasajeros por escala, ahora estamos en torno al millar, y hace que haya una diferencia entre escalas y número de cruceristas que --asegura-- irá subiendo".

Sin embargo, ha destacado que el segmento crucerístico ha superado los niveles prepandemia en términos de escalas, valorando que entre enero y julio de 2022 el número de escalas de cruceros ha sido de 2.400, cuando en ese periodo de 2019 fue de 2.200; "lo que quiere decir que este año vamos a terminar superándolo", ha dicho.

En términos anuales, en 2019 se atendieron a 11 millones de pasajeros y más de 4.000 escalas en los puertos españoles, lo que supuso un impacto económico de 6.000 millones de dólares y un valor añadido bruto de 3.000 millones de euros. Además, el segmento empleó a unas 50.000 personas de manera directa.

A ello se suma un gasto medio por crucerista que, si bien es "muy variable entre los puertos de base y los puertos de escala", el último informe de CLIA da una media de 600 euros. Pero dentro del impacto económico real de esta actividad, el gasto medio es solo una parte, a la que se añade la necesidad de atender el barco --tripulantes y aprovisionamiento-- que, como ha apuntado Dapena, "es casi equiparable".

RETOS

Con estas cifras, el presidente de Puertos del Estado ha situado a la industria crucerística como una de las patas que sostiene la oferta turística en España, "clave para salir de la crisis". El segmento está "en alza" en el país, con una oferta intergeneracional que rompe con la estacionalidad, ha valorado, incidiendo en que "dos de cada tres cruceristas están en la fachada mediterránea", con los puertos de Barcelona, Valencia y Málaga a la cabeza a nivel nacional.

Por ello, ha apostado por "ponernos en el mapa" con ferias como esta, Seatrade Cruise Med, y mantener el atractivo turístico de España, "que lo hemos recuperado con creces", ha apuntado. Para seguir en ese mapa, Rodríguez Dapena apuesta por favorecer la integración puerto-ciudad trabajando en dos retos principales: la transformación digital y la transición energética hacia la sostenibilidad.

Así, ha abundado en la necesidad de introducir la inteligencia digital en los procesos de operaciones marítimo-portuarias "extendiendo las actuales plataformas digitales hacia el mar, para que la industria crucerística no se acoja solamente a un documento único de escala, sino transmitir esa información y compartirla".

Sobre el segundo reto, la sostenibilidad, ha indicado que el sector "ya está trabajando" en el uso de energías alternativas y limpias y en que los puertos estén preparados para proveer estas energías a los cruceros y ser logísticamente eficientes. "Es un reto muy importante", ha dicho, señalando que en el marco de trabajo se unen recursos propios, privados e inversiones europeas.