Antigua bodega subterránea de las Ánimas, reconvertida en Centro de Interpretación de la Arquitectura del Vino (CIAVIN), en un edifico del siglo XVIII, a 16 de enero de 2022, en Aranda de Duero, Burgos, Castilla y León (España). - Tomás Alonso - Europa Press
MADRID, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
La ciudad burgalesa de Aranda de Duero cautiva al visitante por su centro histórico medieval al que se suma bajo tierra otra Aranda sorprendente: la de su más de un centenar de bodegas subterráneas que protegen con su activo más importante: el vino Ribera del Duero, alrededor del cual ha creado una importante industria agroalimentaria basada en la experimentación, en la innovación y en la tradición.
Son un total de siete kilómetros de galería excavadas entre los siglos XII y XVIII, a una profundidad de entre 10 y 12 metros, donde entre paz y silencio va gestando uno de los vinos más prestigiosos del mundo: los de la DO Ribera del Duero.
La historia de Aranda de Duero está marcada por el cultivo de la vid y profundamente enraizada con el producto de la misma: el vino. Tanto es así que durante la Edad Media casi cada familia poseía una bodega bajo su hogar, que le permitía almacenar su producción vinícola en cubas.
El horadado subsuelo arandino cuenta con casi siete kilómetros de túneles o galerías, construidas con arco de medio punto resuelto en piedra de sillería para proteger las bóvedas. Y gracias a las zarceras (respiraderos de ventilación) se lograba mantener unas condiciones de temperatura y humedad constantes a lo largo de todo el año, independientemente de la climatología exterior.
Un entramado de bodegas, de las que actualmente se conservan 135, que en 2015 obtuvo la calificación de Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de 'Conjunto Etnológico'.
Este es el reconocimiento a la "relevancia y singularidad" de estas bodegas y a la labor de los arandinos que "han mantenido y conservado" este legado en buen estado de conservación a lo largo de la historia.
Esta declaración implica el reconocimiento de la relevancia del bien en su totalidad integrado tanto por valores materiales como inmateriales, por lo que la protección se extiende al conjunto de infraestructuras y elementos auxiliares que conforman las bodegas (capillas, zarceras, sumideros y respiraderos), la red de galerías del subsuelo, con más de cinco kilómetros, y los accesos y dependencias relacionadas con la actividad mercantil, lagares, portalones, cañones y naves, conforme a la documentación de cada bodega.
Descender entre 10 y 12 metros a cualquiera de ellas, en penumbra, es como emprender un emocional viaje al centro de la tierra; hasta el mismo corazón arandino. Para poner en valor esta seña de identidad de Aranda de Duero se creó el Centro de Interpretación de la Arquitectura del Vino (Ciavin), situado en un edificio del siglo XVIII, en plaza Mayor.
Y formando parte del mismo, la Bodega de las Ánimas (calle Santa María, frente a la iglesia), concebida como un espacio museístico en el que, a través de la recreación de diferentes escenas y los aperos de labranza, ayuda a comprender y valorar el trabajo realizado en otras épocas para la elaboración y producción de vino.
Otras bodegas subterráneas que pueden visitarse La Bodega Histórica Don Carlos (calle Isilla, 1), cuyo origen se remonta a finales del siglo XIV y principios del XV, ofrece visitas guiadas con posterior degustación. La Bodega las Caballerizas (calle Cascajar), rehabilitada en 2015, realiza periódicamente visitas teatralizadas.
Y también puede visitarse la bodega del restaurante El Lagar de Isilla (calle Isilla, 18).
GASTRONOMÍA EN ESTADO PURO
Y al volver a la superficie, nada como dar un capricho al paladar degustando el lechazo asado de Aranda de Duero, maridado con esos propios vinos locales.
La localidad cuenta con una decena de asadores que suponen una excelente opción para el visitante: Aitana, Casa Florencio, La Casona de la Vid, El 51 Del Sol, El Lagar de Isilla, Hotel Montermoso, Finca los Rastrojos, Asador Tudanca, Asador Baldios u Hotel-restaurante El Ventorro.
Desde hace 20 años la localidad celebra cada mes de noviembre con un menú especial unas jornadas especiales en las que presentan a los visitantes que deseen conocer este manjar de la zona
CIUDAD EUROPEA DEL VINO
Aranda de Duero fue galardonada con el título de Ciudad Europea del Vino 2020 por Recevin, compitiendo con lugares increíbles como Haro, Rueda o La Palma del Condado. Debido a la situación de excepcionalidad ocurrida en 2020 se ha prorrogado durante los años 2021 y 2022.
Este galardón contribuye a proporcionar una dimensión europea a una ciudad y su territorio, a su patrimonio y sus productos, consolidándola como destino enoturístico de calidad.
'Un río de Vino' será la actividad que dará el pistoletazo de salida a todo un año repleto de eventos para conmemorar la capitalidad europea del vino que ostenta Aranda de Duero. Es una de las actividades estrella que consiste en la iluminación del río Duero de color rojo para que se asemeje a la imagen de un río de vino.
A través de iluminación ornamental mediante un sistema con energía solar se pretende crear un efecto que simule teñir de rojo el Duero junto con la zona del parque El Barriles y el puente románico para producir la sensación de que las aguas del río fueran vino.
Para la puesta de largo, se contará con la presencia de un mago, que llevará a cabo una espectacular puesta en escena que hará que el río cambie de color y 'convertir' así el agua en vino.