Descubriendo las Islas Columbretes: El Tesoro Oculto de Castellón - TURISMO DE CASTELLÓN
MADRID, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las Islas Columbretes, situadas en el mar Mediterráneo, frente a la costa de Castellón, son un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza y la aventura. Este archipiélago volcánico, formado por cuatro grupos de islas principales -l'Illa Grossa, la Ferrera, la Foradada y el Carallot- ofrece un escenario único para explorar su rica biodiversidad, sus paisajes impresionantes y su historia fascinante.
El conjunto de islas volcánicas que forman las islas, son un deleite para los sentidos y para los amantes de la naturaleza que buscan parajes de gran belleza natural en un marco incomparable y singular.
Formadas durante el Pleistoceno, hace aproximadamente un millón de años como consecuencia de una serie de erupciones volcánicas subterráneas, estas islas albergan un tesoro natural gracias a la singularidad de su flora y fauna, su espectacular y compleja topografía, así como por su diversidad marina.
Las islas, además de Reserva Natural, forman parte del Lugar de Interés Geológico denominado 'Volcanismo Cuaternario de las Islas Columbretes' y son una de las visitas obligadas en Castellón.
A tan solo 30 millas de la costa castellonense se encuentra esta maravilla natural perfecta para una escapada en el día durante nuestra estancia en Castellón, que ofrece una gran diversidad de actividades y planes para todos los gustos.
Las Islas Columbretes son una reserva natural protegida desde 1988, lo que ha permitido la conservación de su flora y fauna únicas. La importancia ecológica de este archipiélago radica en su aislamiento y en las condiciones ambientales especiales que han favorecido la presencia de numerosas especies endémicas.
Entre los habitantes más destacados se encuentran la lagartija ibérica, el cormorán moñudo y la gaviota de Audouin. Además, las aguas que rodean las islas son un santuario para la vida marina, con praderas de posidonia oceánica y una gran diversidad de peces, crustáceos y moluscos.
CUATRO GRUPOS DE ISLAS.
Cada grupo de islotes que componen el archipiélago adquiere su nombre de la isla más grande: Illa Grossa, Ferrera, Foradada y Carallot, cada una de ellas especial por su singularidad.
Illa Grosa, la más grande de todas, es la que alberga el Faro de Columbretes construido entre los años 1856 y 1860 bajo las órdenes de la reina Isabel II con la finalidad de reducir la cantidad de accidentes náuticos que se producían en la zona como consecuencia de su compleja topografía, especialmente submarina.
Esta isla, originariamente con forma de anillo, surge de un volcán extinto hace miles de años. Con el paso del tiempo y la erosión del mar, tiene ahora forma de herradura y es la única isla habitada de todas las que forman el archipiélago. De hecho, es la única que se puede visitar en excursiones guiadas de entre 1 y 2 horas y que comienza con la llegada a la Bahía de Puerto Tofiño, refugio en el pasado de piratas y contrabandistas.
La Ferrera por su parte, ubicada más hacia el oeste, está formada por otros cuatro islotes y dos bancos, y recibe su nombre del color gris metálico de sus paredes naturales.
La Foralada está situada más hacia el suroeste, y es famosa por el gran arco natural que exhibe orgullosa; así como por las numerosas cavidades y agujeros que la caracterizan. Tres islotes (Lobo, Méndez Nuñez y La Piedra Joaquín) y el barco Jorge Juan, conforman este grupo de islotes de belleza singular.
Y, por último, El Carallot, el grupo más al sur de todos es una chimenea volcánica de 32 metros de altura que sorprende al visitante. Dos islotes y 5 bancos cercanos componen esta espectacular formación natural a tan solo 56 kilómetros de Castellón de la Plana.
Este enclave de gran belleza natural es, actualmente, una Reserva Natural protegida debido a su fragilidad y con la finalidad de proteger el rico patrimonio natural que alberga. De hecho, las Islas Columbres son el paraíso de los amantes del submarinismo, dada la diversidad de su fondo marino.
Las aguas cristalinas y la protección del área como reserva marina garantizan un encuentro cercano con una diversidad impresionante de vida marina. Los fondos volcánicos, con sus formaciones rocosas y cuevas, son un verdadero espectáculo para explorar.
Abrupto y rocoso, como toda zona volcánica, alberga una gran cantidad de especies y hábitats naturales que van desde la langosta roja a poblaciones únicas de gorgonias rojas, exclusivas del Mediterráneo.
Hay también especies como nacras, meros, barracudas y salmonetes, entre otros, que comparten espacio con esponjas y mantas marinas, además de delfines mulares y peces lunas. En definitiva, un paraíso sumergido que puede ser descubierto gracias a la variedad de empresas especializadas que ofrecen inmersiones para todos los niveles.
REFUGIO DE PIRATAS Y CONTRABANDISTAS.
Pero no sólo el mar esconde impresionantes tesoros. Las islas Columbretes albergan una apasionante historia. En su día, fueron refugio de piratas y contrabandistas, quienes recurrían a ellas para cobijarse tras sus incursiones en el mediterráneo, hasta la llegada de los fareros.
De hecho, la cueva del Tabaco, refugio habitual de estos, fue dinamitada a mediados del siglo XX por los carabineros porque se consideraba que ahí guardaban la mercancía de contrabando
No en vano, las Islas Columbretes eran conocidas también por la importante colonia de serpientes que las habitaban, de ahí el origen de su nombre (Ophiusa o Colubraria) y que ha dejado su huella en el petroglifo con forma de serpiente que hay en Illa Grossa, declarado en 2019 Bien de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura.
La visita a las islas está regulada y es necesario obtener un permiso, lo que garantiza que el impacto humano se mantenga al mínimo. Estas acciones son cruciales para preservar este tesoro natural para las futuras generaciones.
Islas Columbretes es un destino que combina la belleza natural, la historia y la aventura de manera única y que bien merece una visita durante nuestra estancia en Castellón.
Su estado de conservación y su rica biodiversidad las convierten en un lugar excepcional para quienes buscan una experiencia auténtica y respetuosa con el medio ambiente. Visitar este archipiélago es no solo un viaje a un paraíso natural, sino también una oportunidad para aprender y apreciar la importancia de proteger nuestro patrimonio natural.