Les Grands Buffets: un viaje gastronómico a la Francia del siglo XVII

Les Grands Buffets en Narbona (Francia).- Record Guiness de Quesos con más de 111 variedades. - LES GRANDS BUFFETS

MADRID, 5 Ene. (EUROPA PRESS) -

El turismo gastronómico ha experimentado en los últimos años un crecimiento exponencial imparable impulsado por el deseo de los viajeros de completar sus experiencias y conocer en profundidad los lugares que visitan disfrutando de este patrimonio cultural inmaterial e invisible pero inolvidable en muchos destinos.

Los amantes de los viajes y el buen yantar tienen ahora la oportunidad perfecta para disfrutar del gastroturismo más exquisito y, descubrir además una localidad francesa ubicada en el corazón de la Occitania, famosa por ser colonia romana en la vía Domitia, la calzada romana que enlazaba España e Italia.

Allí podrán disfrutar de lo que el dramaturgo francés Honoré de Balzac describió como 'flânerie' o 'gastronomía para los ojos', en un increíble viaje gastronómico para los cinco sentidos. Y es que ya existe un tren de alta velocidad que nos lleva directamente desde Madrid o Barcelona al mejor buffet libre del mundo: Les Grands Buffets en el corazón de la ciudad francesa de Narbona.

La cocina tradicional gala es la protagonista de este gran teatro gastronómico que acoge cada día a medio millar de espectadores y que dirige de forma magistral Louis Privat, un gran anfitrión nacido en esta pequeña ciudad francesa que cambió su vocación de actor por la restauración, con el mismo fin: despertar emociones.

Un festín grandioso que parece no tener fin entre cascadas de bogavantes, fuentes de ostras de Thau, langostas, seis variedades de salmón, foie en sus múltiples versiones, o una decena de jamones al corte. A todo ello se suman algunas maravillas culinarias como el famoso pato a la sangre o la liebre a la royale así como una impresionante bodega de maduración que acomoda las gigantescas costillas de ternera Simmenthal de 4 kilos cada una que se cocinan con rituales ancentrales en su asador panorámico.

El mejor sabor francés con una espectacular generosidad y un diseño festivo, a un precio accesible, porque este monumento de la restauración mundial, que tiene casi completas las reservas para los próximos seis meses, se puede disfrutar por un tarifa de 52,90 euros.

El que ha sido calificado como 'el teatro culinario más bello del mundo' es el restaurante más grande de Francia en volumen de negocio, con una facturación estimada de 24 millones de euros en 2023.

Creado en 1989, el restaurante se ha convertido en lugar de peregrinación de 385.000 sibaritas anuales, de los que más de 82.000 son españoles, que no quieren perder la oportunidad de degustar los manjares que ofrece este establecimiento que recibe al año más de 2 millones y medio de peticiones reservas. Para los próximos meses ya se han cerrado más de 210.000 reservas a través de su web que recibe más de 4 millones de visitas anuales.

UN TEMPLO PARA LOS AMANTES DEL QUESO.

Les Grands Buffets ofrece todo un espectáculo para la vista y para el paladar en un restaurante que ha batido el Guinness World Records por poseer la mayor colección de quesos del mundo, más de 111 variedades que se distribuyen en un escenario de 30 metros con varias selecciones temáticas que reciben el mimo diario de cuatro especialistas queseros. Cuenta asimismo con una extensa carta de 70 referencias de vinos que se venden tanto en copa como en botella, entre ellos el mejor Champagne Mercier de Moët & Chandon.

El local se completa con otros espacios como La Pastissérie que ofrece más de 50 postres elaborados por sus 7 maestros reposteros. Desde clásicos de pastelería francesa como macarons, éclairs de nata, Paris-Brest, Saint Honoré, tarta Russe y Opera, babá al ron, hasta postres flambeados como las famosas crêpes Suzette. Y es que siguiendo la filosofia de Louis Privat, 'cualquier día es un día de fiesta'.

Abierto, desde hace tres décadas, los 365 días del año, sólo ha sido cerrado en dos ocasiones: para la grabación del programa televisivo Masterchef y durante la pandemia cuando se aprovechó para realizar una importante inversión de 5 millones de euros.

Esto permitió inaugurar el espectacular Salón Doré, que lleva al comensal al esplendor de los palacios versallescos. De ambiente neoclásico, dedicado a Jean de La Fontaine está decorado con más de 18.000 hojas de oro y en las paredes lucen dos retratos del novelista, doce ilustraciones inspiradas en las obras de Jean-Baptiste Oudry, además de unas vitrinas con exquisitas porcelanas de Limoges.

Toda la decoración está realizada por artesanos especialistas en técnicas de estilo francés y la iluminación es un elemento decorativo más que ofrece a la sala un ambiente único y espectacular gracias a las antorchas Luis XVI realizadas por la Casa Ombres et Facettes. Se completa con 5 candelabros a medida en bronce, cristal y oro (incluido un candelabro monumental estilo Luis XV central con 60 apliques y un diámetro de 2 metros).  El suelo de parquet es de roble macizo.

El atelier Mériguet-Carrère, fundado en 1960 por Paul Mériguet, fue el encargado de realizar los trabajos de pintura y decoración. Entre sus obras se encuentran reconocidos monumentos históricos públicos como El castillo de Fontainebleau, el castillo De Versalles, la Ópera Garnier o el palacio Del Elíseo, entre otros.

Privat es un gran mecenas que le encanta descubrir nuevos talentos artísticos, dándoles su nombre a las diferentes salas de su restaurante que además están salpicadas de elegantes esculturas art deco. Un ejemplo es la sala dedicada a la famosa escultora Ann Carrington que en su vitrina central acoge la pieza 'Bouquet', elaborada con cubiertos de plata, y cuya obra gemela se encuentra en el Museo Británico.

Otro de los lujosos comedores es el salón de la carpa ceremonial Jean Baptiste Nolin, decorado al más puro estilo barroco, donde se puede ver un mapa auténtico de la ruta del Canal du Midi del siglo XVII. El arte llega hasta la cocina que bajo el nombre de Espace Patrick Chappert Gaujal, expone creaciones originales de este artista sobre acero inoxidable.

A todas estas maravillas culinarias hay que añadir el nuevo y refinado escenario L'Espace Glacier, una deliciosa heladería entre espejos dorados, mármol, frescos, molduras y vitrinas que evocan la atmósfera de otra época. Dos profesionales ofrecen especialidades heladas y elaboran, según la tradición, los grandes clásicos de la copa de helado: Peach Melba, Pera Belle Hélène, Copa Mont Blanc, Copa Coronel, Profiteroles de chocolate o Café irlandés.

Pero este proyecto que nunca deja de crecer. La dirección de este templo gastronómico está en estos momentos en negociaciones con el ayuntamiento de Narbona para iniciar cuanto antes un nuevo proyecto, que incluirá una gran mejora de las instalaciones con nuevas zonas gastronómicas, un mercado e incluso un hotel para redondear la experiencia de los visitantes. La vecina Carcassonne también ha realizado a Privat una propuesta en firme y se muestra extraordinariamente interesada en acoger con los brazos abiertos a este nuevo proyecto si se diera la ocasión.

A UN PASO EN AVE.

La llegada para disfrutar de este espectáculo gastronómico es ahora mas fácil con los trenes Renfe AVE Francia que conectan 6 ciudades de España con 9 ciudades francesas. El tren que conecta Madrid con Les Grands Buffets pasa por Zaragoza, Tarragona, Barcelona, Girona, Figueres, Perpignan, Narbona, Béziers, Montpellier, Nimes, Avignon y Aix-en-Provence.

A través de la ruta Barcelona – Lyon – Barcelona, conectan diariamente Barcelona, Girona y Figueres con Narbona con una ruta diaria en ambos sentidos, posibilitando una visita de ida y vuelta en el día a bordo de los trenes de Alta Velocidad desde Barcelona, Girona y Figueres.

También en la ruta Madrid - Zaragoza – Marsella, conecta diariamente Madrid,  Zaragoza, Tarragona, Barcelona, Girona y Figueres con Narbona, con 1 frecuencia diaria en ambos sentidos.

Todo un sinfin de posibilidades a bordo de la alta velocidad de Renfe para conocer numerosas ciudades francesas entre ellas Narbona, una auténtica 'Roma francesa'.

UNA CIUDAD CON CORAZÓN ROMANO.

Narbona se coronó como la quinta ciudad del país en el siglo XIV, sólo tras París, Lyon, Burdeos y Toulouse, y fue sede  de archidiócesis desde el siglo VIII hasta el siglo XVII.  Con sus 2.500 años de historia, fue capital de la Galia Narbonesa, y conserva algunos vestigios de su época romana, como la 'ventana al pasado' de la Vía Dolomita en el subsuelo de la plaza del ayuntamiento o las galerías subterráneas del Horreo Romano.

La ciudad abraza al Canal de la Robine, arteria de la ciudad que destaca por sus arqueados puentes y coloridos barcos. Se trata de un ramal del Canal du Midi --ambos, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO-- y en su paso por el centro de la ciudad transcurre bajo el Puente de los Mercaderes, que tiene la particularidad de ser uno de los pocos puentes habitados de Francia.

Siguiendo el Canal de la Robine el visitante puede adentrarse en el centro histórico de la ciudad, que acoge el Palacio de los Arzobispos, un conjunto monumental formado por varios edificios, como el Palacio Viejo con las torres Magdalena y San Marcial, el Palacio Nuevo y la Catedral de San Justo y Pastor, tercera catedral gótica más alta de Francia, tras las de Beauvais y Amiens, y aún inacabada.

Y para completar nuestra experiencia enogastronómica Les Halles un mercado de abastos muy popular, ubicado en un característico edificio de comienzos del siglo XX que combina a la perfección el acero y el vidrio. En su interior, unos 70 puestos ofrecen al visitante gran variedad de productos de la gastronomía francesa que se pueden degustar 'in situ'. En 2022 fue galardonado con el premio al mercado más bonito de Francia.

Y no podemos marcharnos de la región sin ver el mar . La localidad playera de Narbonne-Plage está situada a 15 kilómetros al este de la ciudad histórico-artística , al pie de la montaña de la Clape, en el Parque Natural Regional de la Narbonesa en el Mediterráneo.

Poseedora de la etiqueta Bandera Azul de Europa, cuenta con una extensa playa de más de cinco kilómetros de arena fina. Un broche de oro para un viaje gastronómico en el que disfrutar de los tres grandes placeres de la vida: comer, beber y, sobre todo, tal y como reza un panel de madera que recuerda a Gargantúa en Les Grands Buffets,  "Fay çe que vouldras" (Haz lo que quieras).