Otazu: el destino perfecto de primavera para los amantes del vino y del arte

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MADRID, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -

Las paredes rocosas que rodean al valle de Otazu acogen al viajero en uno de los entornos navarros más representativos y especiales del norte de España para los amantes del vino y el arte. El vino ha crecido en esta tierra durante 900 años y se consolidará en ella a lo largo de los próximos 900 años también.

Tierra fértil que aúna historia, arte y vino. Este entorno natural de belleza inspiradora cuenta con una historia larga y trascendente y ofrece al amante de los buenos caldos un paraje único en que disfrutar de su patrimonio histórico, su colección de arte contemporáneo y por supuesto de sus vinos, dentro de un complejo que sorprende en cada uno de sus rincones.

Pensando en los amantes del enoturismo, el Señorío de Otazu es el destino perfecto para disfrutar de su terruño, su Fundación Otazu, sus instalaciones y sus excelentes caldos. Un recorrido por siglos de historia permitirá al visitante conocer el fruto de sus tierras como hilo conductor de una tradición que abarca desde elaborar vinos para los reyes durante la Edad Media hasta el arte más contemporáneo de vanguardia.

Otazu es el viñedo con Denominación de Origen Protegida Pago (D.O.P. Pago) más al norte de España. Se encuentra ubicado a tan solo ocho kilómetros de Pamplona y está enmarcado entre la Sierra del Perdón y la Sierra del Sarbil, con el río Arga como delimitador natural.

Está certificado con la Denominación de Origen Protegida Pago, la máxima categoría que puede obtenerse en España, conseguida gracias a la peculiaridad del clima y del suelo que define el viñedo de Otazu y la personalidad inimitable de todos sus vinos.

Adquirida en el año 1989 por la familia Penso, todos sus vinos están elaborados exclusivamente con las uvas procedentes de las 116 hectáreas de viñedo propio que rodean la Bodega: Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc, Chardonnay y Berués.

La bodega, planteada como un château francés, data de 1840, y su historia ha estado ligada a la elaboración del vino desde la Edad Media y es que sus botellas eran conocidas incluso en la Corte Real de Carlos III de Navarra, monarca destacado por su entusiasmo por el arte y la cultura. Hoy en día, el Señorío de Otazu ha recuperado una actividad que se remonta al siglo XII y cuya herencia quiere preservar.

La bodega comparte con sus visitantes no sólo sus propuestas enológicas, sino también sus espacios, que aúnan la belleza de un valle idílico junto a la tradición, el patrimonio histórico, el arte contemporáneo y, por supuesto, el vino, ofreciendo al viajero experiencias inolvidables.

Para los apasionados del enoturismo, Otazu ofrece la posibilidad de disfrutar de las escapadas desde otra perspectiva, una experiencia reconocida por la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN) en los V Premios de Enoturismo 'Ruta del Vino de España' en 2020 como Mejor Bodega Abierta al Turismo, "por ser una bodega que sitúa el mundo del vino al mismo nivel cultural que las grandes obras de arte contemporáneo y plasmar, de manera rotunda, la unión del vino y el arte".

VISITA EL SEÑORÍO DE OTAZU.

Visitar Otazu es emprender un recorrido que pasa no sólo por conocer la historia de la Bodega y de su señorío, sino también por visitar monumentos históricos como una iglesia románica del S.XII dedicada a San Esteban, una torre-palomar del S. XIV y un palacio del S.XVI.

El palacio del Siglo XVI era la residencia del Señor de Otazu y palacio de Cabo de Armería de origen medieval. Al igual que otros palacios de Cabo de Armería de Navarra, tenía una finalidad castrense.

La iglesia románica ubicada en el corazón del señorío también ha sido testigo del paso de peregrinos durante siglos, esta fue la primera piedra de este anfiteatro natural de gran belleza. En su interior cuenta con un magnífico retablo de estilo plateresco del siglo XVI.

Por su parte la torre-palomar formaba parte de la cadena de torres defensivas medievales que, en su día, abundaba por toda la sierra de Etxauri y las inmediaciones de Pamplona.

El viaje en la bodega prosigue a través de obras de arte monumentales y espacios dedicados a la creación contemporánea pertenecientes a la Fundación Otazu, galardonada con el Premio A al Coleccionismo 2020, que otorga la Fundación ARCO por el valor artístico de su colección y su labor en el apoyo a la difusión del arte contemporáneo.

Su colección permanente está formada por cerca de 600 obras de arte contemporáneo que van mostrando en diferentes rincones de sus instalaciones. Su intención es unir arte, naturaleza y sociedad con la premisa de la creación artística como herramienta de reflexión, innovación, concienciación y mejora social.

Un ejemplo de ello es 'Genios de Otazu', un proyecto artístico de la Fundación Otazu con el que busca sintetizar la labor creativa del artista plástico y la del enólogo. En cada edición se selecciona a un artista de reconocido prestigio para que aporte su visión y sensibilidad al diseño de una barrica de vino.

Este proceso no solo implica una reinterpretación estética, sino también la dirección en la elaboración de un vino excepcional. La colaboración comienza con la vendimia, dirigida por el artista con el asesoramiento del director técnico de la Bodega Otazu, y culmina con el diseño de la etiqueta y la caja que albergará la botella. Esta integración resulta en un producto que trasciende su naturaleza, convirtiéndose en una verdadera pieza de arte.

Y si se habla de enoturismo, por supuesto, esta visita incluye un recorrido siguiendo los pasos que dejan las uvas desde la viña, atravesando la sala de elaboración, la sala de barricas subterránea --obra del arquitecto Jaime Gaztelu-- y el archivo histórico de botellas, hasta llegar al salón de catas donde se termina la visita con una cata de tres vinos armonizada con pintxos elaborados.

COMPROMISO MEDIOAMBIENTAL DE PRIMER NIVEL.

La bodega ha reforzado su compromiso medioambiental con la puesta en marcha de dos nuevos proyectos en la materia: 'Biodiversidad' y 'Undervine'.

En el caso del proyecto 'Biodiversidad', que está llevando a cabo con la Fundación Global Nature, se busca incrementar su implicación en la gestión sostenible, rentable y con un impacto positivo en la naturaleza. Para ello, se estudia el valor natural del viñedo, analiza en qué punto se encuentra y qué aspectos son mejorables para que siga aumentando su biodiversidad y sostenibilidad.

En cuanto al proyecto 'Undervine', realizado en colaboración con la Universidad Pública de Navarra (UPNA) permite estudiar el impacto de las distintas cubiertas vegetales debajo de las cepas. De esta forma se compara el trabajo del suelo mediante el laboreo frente al uso de cubiertas vegetales, tanto espontáneas como sembradas. Para ello, a la siembra habitual de festuca, avena, cebada y mostaza blanca, se ha añadido la de trébol, alfalfa, veza, rábano o mostaza abyssine.

Por otro lado, Bodega Otazu también ha avanzado en el proyecto 'Liviñg Soil', un proyecto con el que busca profundizar en la sostenibilidad de la gestión del suelo, buscando distintas soluciones que ayuden a aumentar su resistencia, incrementando la biodiversidad, mejorando la nutrición y la actividad microbiana y reforzando la estructura de la tierra, con lo que se minimizan los problemas de compactación.

Bodega Otazu se asienta sobre una finca de 116 hectáreas formada por una rica diversidad de suelos. Debido a la descomposición de las margas por una parte y las tierras de aluvión por otra, se han llegado a determinar hasta 17 tipos de suelos diferentes.