MADRID, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
Verónica Echegui vuelve a ser Elena Ledesma. Tras los acontecimientos de la anterior entrega y las siete semanas que transcurren en la ficción antes de que comience la segunda temporada de Fortitude eso podría ser un spoiler, pero Echegui se guarda: "En estos nuevos capítulos la serie se vuelve más macabra".
La actriz madrileña teme decir algo que no deba y mide sus palabras sobre una nueva temporada que Movistar Series Xtra estrena el próximo miércoles 15 de febrero a las 22:35 horas: "Elena, obviamente, sigue. Sigue viva, de alguna manera. Sigue en la comunidad, aunque comienza en otro lugar. Y juego un papel muy diferente. Esto, que yo pueda contar sin desvelar...".
Echegui, que regresaría en una hipotética tercera temporada -"estaba deseando volver", dice- aunque en Fortitude nunca se sabe, se muestra sorprendida porque la ficción se torna "muy dura".
"Entra en otra dimensión más oscura todavía. Suceden cosas que tengo que volver atrás en el guión porque no me lo puedo creer. Hay algo en el pueblo que se va deteriorando, hay un cariz que se vuelve macabro y evoluciona hacia un lado que no es gratuito", afirma.
La protagonista de Yo soy la Juani o Katmandú está encantada en la serie británica porque "los actores" son "parte del proceso creativo". "En la manera en la que participamos y colaboramos es más integral. Productores, directores y actores hacemos un equipo donde los límites están difuminados. Podíamos opinar sobre las tramas y los propios productores estaban implicados en la parte creativa, dándole prioridad a que la historia esté por encima del dinero que cueste", añade, para luego matizar que "para poder hacer eso hay que tener un buen presupuesto".
Verónica Echegui recuerda que llegó al proyecto hace ya dos años "por casualidad". "Justo llegó en un momento en el que no estaba trabajando e hice la prueba y directamente me cogieron. No fue deliberado el decir 'no encuentro personajes importantes en España y me voy a Londres a buscar', sino que estaba allí, acababa de terminar un trabajo y apareció esto. Me vino genial porque estuve seis meses rodando en una experiencia increíble", comenta la actriz que adelanta que tiene "dos proyectos, uno de cine y otro de teatro, que están ya casi en camino", pero aún "no del todo confirmados".
Una experiencia que, con Apaches, la serie que rodó junto a Alberto Ammann y Eloy Azorín para Atresmedia en 2015 y que aún no se ha estrenado, se ha vuelto un tanto amarga. "Ahí sigue, en barbecho. No sé si van a sacarla alguna vez, algún año, en esta vida, en la próxima. Es alucinante. Llevan diciendo que saldrá pronto... Pronto iba a ser hace un año y medio. Ojalá este pronto signifique pronto de ya", se resigna entre risas.
Un tema que considera "peliagudo" para opinar, según Echegui, es que en los Oscar, a pesar de que se hayan quitado el sambenito de los #OscarSoWhite, siga imperando el machismo. Algo diferente, aunque no del todo, de los Goya, donde las cintas nominadas a Mejor Película estaban producidas por mujeres.
APOYAR A LAS MINORÍAS
"Viendo los toros desde mi barrera, el racismo no se ha eliminado, sigue existiendo, no todo es armonía. Creo que hay un camino hacia ello, al igual que las mujeres y muchos hombres estamos reclamando más historias y personajes más desarrollados e interesantes. Estamos camino de conseguir esto, tanto los hombres de color como las mujeres de color como las mujeres en general", alega.
Echegui, además, aduce que "porque haya polémica o porque se hayan manifestados algunos", el problema "no se ha acabado". "El otro día leía un artículo sobre los actores de color en España", comenta trasladando el tema a nuestro país, "y son gente que han formado una asociación para reclamar tener más presencia. Nuestra profesión es un reflejo de la calle, donde parece que no se les deja llegar más allá, y siempre es interpretar inmigrantes. Tienen todo el derecho a hacer otro tipo de personajes".
"Yo creo que cuanto más nos empoderemos las propias minorías, las personas que sufrimos, más se va a ubicar el problema. Estamos haciéndonos cargo de ello, cada uno desde el lugar en el que está trabajando para que todo cambie", argumenta antes de ponerse de ejemplo. "¿Cómo lo puedo hacer yo? Hablando con guionistas y directores, tratando de reflejarlo en el personaje, y si la historia es la de siempre, alejarse del machismo. Yo lo planteo, lo pido. Al cabo, no soy ni guionista ni directora. Quizás algún día".
¿Se pondrá detrás de la cámara? "Si yo fuera directora, desde luego contaría historias de lo que yo conozco. Prepararía ver crecer una relación lo más ajustada a la realidad, tanto para las mujeres como para los hombres. Yo es que creo que el machismo no tiene género, no es algo netamente masculino. En las historias que se cuentan sobre hombres hay mucho tópico y pocas veces se rompe el estereotipo de lo que se supone masculino".