MADRID, 19 Oct. (Verificat / EUROPA PRESS) -
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) recibe todo un abanico de críticas: ¿Cómo funciona? ¿Cómo realiza sus informes?
EL MENSAJE QUE ESTAMOS VERIFICANDO
El IPCC es calificado como "chiringuito de políticos", se dice que los científicos que confeccionan sus estudios "están comprados", se habla de su supuesta corrupción".
CONCLUSIÓN
Los informes del IPCC son los documentos más fiables que existen sobre el cambio climático, según una verificación llevada a cabo por Verificat.
JUSTIFICACIÓN
El IPCC es la entidad científica líder en la evaluación del cambio climático. Se formó "para entender el cambio climático, sus repercusiones y riesgos futuros, así como las opciones que existen para adaptarse al mismo y atenuar sus efectos", según señala su web. El grupo subraya que no realiza investigaciones propias: su actividad consiste en evaluar al estilo de los metaanálisis o revisiones sistemáticas, es decir, recopilando toda evidencia científica disponible sobre un tema de tal manera que se pueda evaluar el grado de evidencia (o lo que es lo mismo, cuántos estudios existen sobre un tema determinado) y la confianza que hay respecto a este (cuántos estudios llegan a la misma conclusión).
Es decir, lo que hace el IPCC es publicar informes donde se exponen tanto conocimientos ya consolidados (por ejemplo, es "inequívoco" que el ser humano ha influido en el actual cambio climático) como temas que siguen siendo objeto de estudio (por ejemplo, el rol del urbanismo en la adaptación climática). La idea es evaluar el grado de certeza de los estudios relacionados con el cambio climático de tal forma que los responsables políticos puedan tomar más facilmente decisiones basadas en la evidencia científica.
¿QUIÉNES FORMAN PARTE DEL IPCC?
El IPCC fue creado en 1988 por la Organización Metereológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Actualmente está compuesto por más de 1.100 expertos divididos en tres grupos de trabajo, cada uno dedicado a investigar un área concreta: las bases físicas del cambio climático (WGI, en inglés); sus impactos, adaptación y vulnerabilidad (WGII) y los avances sobre su mitigación (WGIII). La actividad de estos expertos es voluntaria: no reciben ningún tipo de compensación económica.
Los candidatos a formar parte son seleccionados por los gobiernos que forman parte de la ONU y las organizaciones observadoras del IPCC (entidades sin ánimo de lucro con calificación para tratar los temas abordados por el grupo y elegidas por el propio IPCC) y son finalmente elegidos en función de sus conocimientos.
El organismo trata de tener un balance muy equilibrado en el número de hombres y mujeres seleccionados, así como en los diferentes grados de experiencia en la elaboración de los informes, en los puntos de vista, en los antecedentes científicos y en las nacionalidad. Vanesa Castan, experta en Urbanismo Climático de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) y miembro del WGII, ha indicado a Verificat que en el grupo sigue habiendo "muchas desigualdades", a pesar de que "la diversificación de los autores del IPCC cada año ha sido mucho mejor". Los grupos también pueden incluir expertos de la industria y de ONG, que según señala el organismo aportan "una perspectiva valiosa" a la evaluación.
¿CÓMO REALIZAN LOS INFORMES?
Cada uno de los grupos que conforman el IPCC publica un informe cada 2-3 años con capítulos que son redactados por entre 10 y 20 científicos de referencia en sus campos.
La elaboración de estos capítulos no es siempre igual: "Depende de los autores del equipo y de cómo trabajen juntos", según ha explicado a Verificat Anna Pirani, líder del Grupo de Trabajo I, el encargado de evaluar la ciencia física del cambio climático. De lo que se trata es de que cada grupo de trabajo consulte de forma conjunta "la literatura relevante" disponible sobre el tema a tratar para discutir sobre ella y luego lleguen "a una declaración de evaluación", ha añadido Pirani. Las conclusiones se hacen de forma conjunta, buscando el máximo consenso entre los autores.
Una vez se haya confeccionado el informe se publica el primer borrador: el segundo anteproyecto del informe. En este punto, cualquiera que se postule para revisar el informe puede hacerlo, según ha explicado en una entrevista Eloy Sanz-Pérez, profesor titular de la del departamento de Tecnología Química, Energética y Mecánica de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), en Madrid, y revisor experto del último informe del IPCC: "El proceso de revisión es abierto, prácticamente [...] cualquier persona con conocimiento acreditable sobre el tema es aceptada como revisor".
No es la única revisión que se realiza: el siguiente paso es enviar el segundo anteproyecto del informe junto a un borrador con las modificaciones planteadas por los expertos a gestores y representantes políticos y revisores expertos para que estos los reexaminen. Al hacerlo, expertos y gobiernos hacen comentarios que "tienen que pasar por el filtro de los editores, y los editores deben responder uno a uno a esos comentarios, aunque sean una chorrada", ha explicado Sanz. Tanto los comentarios como las respuestas son públicos y están publicados en la propia web del IPCC.
Pirani ha subrayado la lentitud de la confección de los informes, ya que tiene que ser un proceso "robusto": "Cuando terminas, tienes un documento que es extremadamente poderoso, porque ya no hay discusión de las conclusiones. Y es así como el IPCC lo ha estado haciendo durante 30 años", ha explicado.
NO HAY CERTEZAS ABSOLUTAS
Los ensayos climáticos no determinan si algo va a tener lugar o no, sino cuál es la probabilidad de que esto ocurra: son probabilísticos y manejan un alto nivel de incertidumbre.
A la hora de hacer un informe para el IPCC los autores se basan en el grado de confianza respecto a los resultados de los diferentes estudios, el grado de acuerdo de la comunidad científica y "la cantidad de evidencia que hay sobre el tema", según ha relatado a Verificat Elena López-Gunn, geógrafa especializada en mitigación climática y parte del WGIII.
"No puedes tomar un simple artículo", ha indicado Sanz. "Lo que se suele hacer, y es así como se presenta el resultado, es ver cuánto cuerpo de trabajo hay sobre un tema, es decir, cuántos artículos hay sobre esto" para responder a la cuestión sobre si la evidencia científica es limitada, media o sólida respecto a cada asunto.
Los expertos del consorcio también miden el consenso sobre un tema: "No es lo mismo que haya 100 artículos y que los 100 digan lo mismo, a que haya 100, pero solo 50 digan una cosa, y 50 la contraria". El experto ha subrayado que "por muchos artículos que haya, si tienen un nivel de acuerdo bajo, las conclusiones no tienen un nivel de confianza muy importante".
Un ejemplo de ello es cómo hay un consenso prácticamente total en lo que respecta a cómo las actividades humanas han llevado a un aumento de las temperaturas globales medias mientras que temas como la definición de sequía, al tratarse de un concepto relativo, o urbanismo son aún objeto de debate dentro de la comunidad científica. Castán ha señalado que "cuando hay algo muy polémico, al final lo que pasa es que se quita del informe": "Si es polémico, será porque no hay suficiente evidencia".
FUENTES
- IPCC (I) (II) (III) (IV) (V) (VI) (VII) (VIII)
- Verificat (I) (II)
- ONU (I)
- Podcastidae (I)
- Taylor & Francis Online (I)
Esta verificación se publicó originalmente en Verificat. Si os llegan mensajes que os parecen dudosos, podéis reenviárnoslos al 666 908 353 y el equipo de Verificat lo verificará.