MADRID, 16 Nov. (Verificat/EUROPA PRESS) -
El locutor de un pódcast con presencia en varias plataformas ha relativizado el impacto del aumento de las temperaturas globales señalando la diferencia entre el calor veraniego de Inglaterra y el frío en invierno: "Si a mí me cambiasen la temperatura del cuarto 0,5°C grados, a lo mejor no lo noto tanto". ¿Qué hay de cierto en esta afirmación?
EL MENSAJE QUE ESTAMOS VERIFICANDO
"Estamos hablando de la detección de una variación de temperatura ridícula [de medio grado] [...] Yo, por ejemplo aquí, en Inglaterra en verano puedo tener 28°C y en invierno puedo tener -2°C. Pero si a mí me cambiasen la temperatura del cuarto medio grado a lo mejor no lo noto tanto".
CONCLUSIÓN
Es una reflexión ENGAÑOSA, según una verificación llevada a cabo por Verificat.
JUSTIFICACIÓN
La analogía del locutor es tramposa porque parte de la base de que los efectos del cambio climático han de percibirse a nivel térmico para que sean notorios o relevantes. El aumento de la temperatura media del planeta no es comparable a las variaciones de temperatura que puede haber en una habitación o a lo largo del día en un lugar. Además, el calentamiento global provoca otros muchos efectos, al margen de si el aumento de las temperaturas pueda ser perceptible o no.
La temperatura global ya ha subido 1,1ºC. Esto es una media: no afecta a todas las regiones del mundo por igual. El calentamiento en el Ártico es de entre el doble y el triple que el promedio global, según un informe especial del IPCC, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, la entidad científica líder en esta materia. Algo similar sucede en Europa: la Organización Meteorológica Mundial (OMM) apunta que es el continente que se calienta más rápidamente: 0,5°C por década en los últimos 30 años.
"Se espera que la mitad de los continentes se caliente más que las áreas costeras. La topografía regional, como las cadenas montañosas, también influirá en esto", explica la Corporación Universitaria de Investigación Atmosférica (UCAR, por sus siglas en inglés), un centro orientado a investigar el impacto del cambio climático. "En latitudes altas, especialmente en y cerca del Ártico, las temperaturas están incrementándose más rápido que en lugares más cercanos al ecuador", añade.
LOS PROBLEMAS ASOCIADOS AL AUMENTO DE TEMPERATURAS
Los efectos del calentamiento global ya se han dejado sentir en prácticamente todas las regiones del planeta (olas de calor, sequía, huracanes): hay evidencias de que ha alterado la circulación climática y ha aumentado la frecuencia y/o la intensidad de fenómenos meteorológicos extremos , aunque el tipo de fenómeno varía en los distintos puntos del planeta: ciertos lugares registran una mayor cantidad de precipitaciones, según la UCAR. Otras estarán expuestas a sequías de manera más frecuente.
En lo que concierne a España, los ejemplos más claros son el incremento del número de olas de calor, de la frecuencia de noches tropicales y tórridas, el mayor riesgo de desertificación a causa de las sequías y un Mediterráneo cada más caliente. Hay datos concretos: este análisis de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) publicado en 2019 apunta que la estación cálida dura en España cinco semanas más ahora que en la década de los 80. Javier Sigró, geógrafo e investigador del Centro de Cambio Climático (C3) de la Universidad Rovira i Virgili (Tarragona), ha indicado a Verificat que también se han "multiplicado las noches tropicales --aquellas en las que las mínimas superan los 20°C-- y las noches tórridas --con mínimas de más de 25°C--".
Además, incluso si el aumento de temperaturas no se percibe de manera directa, sí que tiene un impacto sobre la salud de las personas, sobre todo en los grupos más vulnerables, como niños y ancianos. La ONU estima que entre 2030 y 2050 el cambio climático provocará 250.000 muertes adicionales al año en el mundo derivadas de la malnutrición (debido a la dificultad de acceso a alimentos, malaria, diarrea y estrés calórico). De hecho, España es ya el país europeo con más riesgo de muerte por calor extremo, según el último informe científico de The Lancet countdown. Las temperaturas extremas ya han sido vinculadas con alrededor de 4.700 muertes en 2022, según los cálculos de MoMo, el sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas elaborado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
SÍ QUE HAY DIFERENCIA ENTRE 1,1ºC Y 2ºC
El límite al que se llegó en el Acuerdo de París fue de 1,5ºC. Hoy en día hay un 50% de probabilidades de que las temperaturas globales sobrepasen temporalmente la marca del 1,5°C entre 2022 y 2026, según el informe Global Annual to Decadal Climate Update (Boletín sobre el clima mundial anual a decenal), elaborada por la Oficina Meteorológica del Reino Unido. La probabilidad se ha quintuplicado en cuestión de pocos años: para el período comprendido entre 2017 y 2021, la posibilidad de superación del umbral indicado era del 10 %.
Los riesgos de un calentamiento global superior a 2ºC dependen "de la magnitud y el ritmo del calentamiento, la ubicación geográfica y los niveles de desarrollo y vulnerabilidad, así como de las opciones de adaptación y mitigación que se elijan y de su implementación", tal y como señala un informe especial del IPCC sobre el tema. El calor extremo se produciría 5,6 veces por década con una subida de temperaturas del 2ºC, frente a 4,1 si nos quedamos en 1,5ºC. El 18% de los insectos, el 16% de las plantas y el 8% de los vertebrados de las 105.000 especies estudiadas por el IPCC perderían más de la mitad de su rango geográfico determinado por el clima con un escenario de 2ºC, frente al 6% de los insectos, el 8% de las plantas y el 4% de los vertebrados. Sigró ha recordado a Verificat otra publicación del IPCC que señala que en lo concerniente a los humanos esta diferencia entre la subida de 1ºC y la de 2ºC "supone que el número de seres humanos expuestos a eventos de calor aumenta en 2.000 millones de personas, a estrés hídrico aumenta en más de 300.000 personas --en el Mediterráneo, se prevé que este pase del 9% en 1,5 ºC a 17% en 2 ºC--, y las personas expuestas a una degradación de su hábitat pasan de 91 a 680 millones".
"Estas dos marcas en el termómetro, 1,5°C y 2°C, son los límites de seguridad que, aunque difusas, nos marcan dónde están los límites del planeta", avisa el ambientólogo Andreu Escrivá en su libro I ara jo què faig? (¿Y ahora qué hago?, 2021). "El medio grado que hay entre 1,5°C y 2°C es crucial para evitar el sufrimiento de millones de personas y la devastación de amplias áreas, pobladas y naturales", prosigue Escrivá. "Los grados que vienen después del 2 °C son los que nos harán perder el control porque se activarán procesos que no seremos capaces de controlar, y que justo ahora comenzamos a comprender [los llamados puntos de inflexión climática, cuyo riesgo de desencadenarse es alto a partir de los 2°C por encima de las temperaturas preindustriales, según el Sexto Informe de Evaluación del IPCC]. ¿Cómo podríamos hacer que una selva vuelva a ser húmeda si se ha secado? ¿En qué nevera gigantesca metemos a Groenlandia una vez que se haya comenzado el proceso irreversible del deshielo?", apunta.
FUENTES
- IPCC (I) (II) (III) (IV) (V) (VI)
- C2ES (I)
- Corporación Universitaria de Investigación Científica. Centro para la educación científica (I) (II)
- Verificat (I)
- Organización Meteorológica Mundial (I) (II)
- El Periódico (I)
- Aemet (I)
- MoMo (I)
- The Lancet (I)
- ONU (I)
- Science (I)
- Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (I)
- Libro 'I ara jo què faig?' (I)
Esta verificación se publicó originalmente en Verificat. Si os llegan mensajes que os parecen dudosos, podéis reenviárnoslos al 666 908 353 y el equipo de Verificat lo verificará.