No, que España tenga más superficie forestal arbolada que hace 100 años no significa que los ecosistemas estén más sanos

MADRID, 1 Mar. (Verificat / EUROPA PRESS) -

Un podcast con presencia en iVoox y Youtube asegura que "la repoblación forestal está mejor" que hace 200 años y que la Sierra de Guadarrama (Madrid) ha pasado de estar "pelada" a principios del siglo pasado a lucir "todo frondosa". ¿Qué hay de cierto en ello?

EL MENSAJE QUE ESTAMOS VERIFICANDO

La repoblación forestal está mejor que hace 200 años [...] Tengo fotos yo de las tierras de España, de la Sierra de Guadarrama, aquí en la provincia de Madrid, en 1901, y 1905, eran montes pelados. [...] Está todo ahora que lo ves todo frondoso.

CONCLUSIÓN

El razonamiento del pódcast es engañoso, según una verificación llevada a cabo por Verificat.

JUSTIFICACIÓN

La deforestación es cíclica. "Los análisis de polen demuestran que después de la última glaciación --conocida como glaciación de Würm, y que finalizó hace 12.000 años-- había aproximadamente un 50% del territorio de la Península sin arbolado y pinos", relata a Verificat Eduardo Rojas Briales, doctor en Ingeniería de Montes por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), y antiguo responsable del Departamento Forestal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

'Papers' científicos, fotografías de la época y expertos consultados por Verificat corroboran que la superficie forestal arbolada en España ha aumentado con respecto a hace 100 y 200 años. "La presión [ganadera] sobre el territorio fue muy fuerte, y llega al máximo a los siglos XVIII y XIX", explica Rojas. Más adelante, ya a partir del siglo XX, los bosques empezaron a recuperar la vegetación que habían perdido durante años: "En 1930, había unas siete millones hectáreas de bosque en España; en 1970, doce... y, ahora, unas 19 millones de hectáreas".

Al igual que en el resto de Europa, esta tendencia se debe "al progresivo abandono de la actividad agrícola, ganadera y forestal que se ha producido en los espacios menos productivos de la montaña media, especialmente", según explica a Verificat Eduard Pla, doctor en Ecología por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) e investigador del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF). Esto ha dado lugar a un "reverdecimiento (repoblación) espontáneo por vegetación natural en la mayoría de los casos", añade.

CAMBIO CLIMÁTICO Y GESTIÓN FORESTAL

El hecho de que haya más superficie forestal arbolada en un territorio no es un dato beneficioso o perjuidicial para los ecosistemas por sí mismo. Depende del territorio en el que se haya producido ese aumento de masa arbolada y de si ese desarrollo ha estado acompañado de una gestión del terrirorio, algo que al menos en España no es habitual.

La deforestación es una de las principales causas del cambio climático, aunque no sea un problema en España "desde hace 150 años", según Rojas. Sin embargo, plantar nuevos bosques no es un método perfecto para mitigarlo. Una investigación publicada en 2019 por la revista Science indica que plantar árboles en zonas propicias podría capturar un 25% del total de emisiones que se encuentran ahora mismo en la atmósfera.

Sin embargo, lo cierto es que un árbol no crece de un día para otro: miembros de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina puntualizan en un informe publicado en 2019 que el almacenamiento de carbono no se produciría de forma inmediata. Además, habría que encontrar un lugar lo suficientemente grande como para plantar un gran número de árboles, lo cual conlleva sus propios problemas: reutilizar una cantidad significativa de las tierras agrícolas actuales para el cultivo de nuevos bosques podría reducir de manera significativa la disponibilidad de alimentos y dañar la biodiversidad. Por último, existe el riesgo de que estos nuevos bosques se incendien y se vuelva a emitir a la atmósfera todo el CO2 capturado.

Es muy distinto un bosque antiguo que uno nuevo o de reciente creación. Además, una correcta gestión forestal es clave. Sin ella, los bosques tienen "más riesgo de de incendio, pérdida de paisajes en mosaico --paisaje donde conviven campos cultivados, huertas, sembrados, pastos y diferentes tipos de bosques-- y biodiversidad asociada" por el abandono y el aumento consiguiente de superficie forestal, tal y como cuentas Rojas.

El propio experto habló de "colapso forestal" en su trabajo publicado en 2022 y realizado en conjunto con otros investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), definiendo así la situación en la que se encontraba la cuenca mediterránea tras el abandono rural. Algo que, junto con los efectos del cambio climático, podía haber originado un agravamiento de los grandes incendios ocurridos en esta región.

En "la cuenca mediterránea y otras regiones secas del mundo" hay más posibilidades de que puedan darse efectos perjudiciales del abandono perjudiciales del abandono del campo, según una revisión publicada en 2020. Otros trabajos han descrito otros problemas en la misma línea hablan de una modificación del paisaje a otro más homogéneo; una reducción de las reservas de agua por mayor consumo por la vegetación; una disminución de la biodiversidad local y la pérdida de valores culturales y estéticos.

FUENTES