El 24 de julio de 2013, un tren Alvia descarriló en la curva de A Grandeira, junto al barrio compostelano de Angrois, a poca distancia de la estación de ferrocarril de Santiago, en la víspera del día grande de Galicia. Cuando están a punto de cumplirse 10 años de esta tragedia, en la que murieron 80 personas y 145 resultaron heridas, el juicio llega a su final, con la vista puesta en los dos procesados: el maquinista, Francisco Garzón, y el ex director de seguridad de Adif, Andrés Cortabitarte.