El regatista español Luis Doreste confiesa que los Juegos de Barcelona en 1992 fueron "inolvidables" por la "experiencia" del día a día en la Villa Olímpica y el "colofón final" del oro olímpico en Flying Dutchman, aunque cree que cuando él compitió no había tanta "presión" como la que existe en la actualidad para colgarse una medalla.