Los avances en el campo de la biomedicina están permitiendo conocer mejor los tumores y tratarlos de forma más efectiva gracias a herramientas como el diagnóstico molecular en busca de alteraciones genéticas y el uso de terapias dirigidas.Desde la industria farmacéutica también se apuesta por la oncología de precisión y por el desarrollo de terapias dirigidas.Un ejemplo es el cáncer de mama hormonodependiente, el más prevalente, donde las mutaciones en la proteína PI3K se asocian a un peor pronóstico. La detección de esas mutaciones puede ayudar a ofrecer a las pacientes tratamientos más específicos.No obstante, desde el entorno de los pacientes se reclama más rapidez en el acceso a este tipo de tratamientos innovadores.Además, reclaman más equidad en el acceso a las pruebas de diagnóstico molecular para que estén disponibles para todas las mujeres con cáncer de mama.